Motivaciones de las personas voluntarias

Las principales motivaciones que tiene una persona para hacer voluntariado responden a la solidaridad y el altruismo. Solidaridad porque la persona voluntaria tiene el interés en apoyar a otra persona que lo necesita, y altruismo porque se trata de una acción que se hace de forma desinteresada. 

Hay que tener en cuenta que cuando se habla del porqué una persona hace voluntariado no hay razones o motivaciones únicas ni puras, sino que se entremezclan varias de ellas. No hay motivaciones válidas o no, entendiéndose todas ellas legítimas.

motivaciones

 

Las motivaciones más señaladas por las personas voluntarias cuando se le pregunta las razones por las que hace voluntariado son:

  • Necesidad personal de ayudar a los demás.
  • Necesidad personal de hacer algo útil, de sentirse capaz.
  • Necesidad de conocer nuevas experiencias, de relacionarse con gente similar.
  • Necesidad personal de mejorar la sociedad, búsqueda de la justicia social.
  • Por intereses profesionales o de otro tipo.
  • Necesidad de salir de la soledad o el aislamiento, o bien evitarlo.
  • Necesidad de pertenencia a un grupo con el que compartir afinidades, preocupaciones, utopías.
  • Necesidad de realizar bien el trabajo, de utilizar positivamente el tiempo libre del que se dispone.
  • Necesidad de sentir el reconocimiento, no sólo de las personas a las que se ayuda, sino también de los otros voluntarios; sentirse valorado.
  • Por compromiso político y participación ciudadana.

Como observamos, los motivos por los que una persona decide ser voluntaria son múltiples y están vinculados a los conceptos de la solidaridad, el altruismo, la sensibilidad social y la preocupación por una sociedad mejor, así como por el mero hecho de satisfacer unas necesidades personales.
 


 

 

Etapas en la motivación

Cuando una persona realiza voluntariado lo normal es que su estado de motivación pase por tres etapas fundamentales hasta que comienza a trabajar con eficacia, compromiso y responsabilidad:
 
  • Idealización: se produce al inicio del voluntariado. Se caracteriza por una huida hacia adelante y la sensación de poder hacer cualquier cosa.
  • Decepción: en este momento la persona se da cuenta de que la realidad no es tan ideal como pensaba. Se caracteriza por el abandono y la sensación de impotencia.
  • La tercera etapa es la aceptación de la realidad y la integración en la organización de voluntariado como reacción a los problemas, aceptando las reglas del juego y haciendo críticas ante las situaciones injustas.

Laura Cristina Del Pino García

Licenciada en Administración y Dirección de Empresas y Derecho y Máster en Cooperación Internacional para el Desarrollo

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