Cómo Mejorar la Autoestima en la familia

Los 10 principios para mejorar la autoestima en la familia. Según el Dr. Aquilino Polaina

 

Disponibilidad

Consiste en dedicar tiempo (¡que es lo que menos tenemos!) a atender a nuestros/as hijos/as y pareja. Con los adolescentes, por ejemplo, no vale lo de “este tema ya lo hablaremos el sábado con tranquilidad, cariño”. 

Hay que estar disponible, porque hay problemas que sólo se arreglan en el momento en que el otro se anima a plantearlo y pide ser escuchado. Demos tiempo al otro.

 

Comunicación padres-hijos: que los padres hablen menos y escuchen más

En muchas familias, cuando un padre o madre dice “hijo/a, tenemos que hablar”, el/la niño/a piensa “uy, malo, malo”. ¿Por qué? Porque sabe que los padres cuando dicen “tenemos que hablar” quieren decir “te voy a soltar un discurso por algo tuyo que no me ha gustado”.

Esto cambiaría si los padres se hicieran un propósito: dedicar el 75% a escuchar y sólo el 25% a hablar. Escuchar a los/as hijos/as (o al cónyuge, a cualquiera) es un esfuerzo activo. Hay que soltar el diario, quitar el volumen de la TV, girar la cabeza hacia quien te habla, mirar a los ojos, expresar atención.

Eso es escucha activa, que es la que sirve para mejorar la autoestima de tu familia.

 

Coherencia en los padres y autoexigencia en los/las hijos/as

Uno es coherente cuando lo que piensa, siente, dice y hace es una sola y misma cosa. No tiene sentido decirle a los/as hijos/as desde el sofá: “eh, vosotros, ayudad a mamá a quitar la mesa”. Hay que dar ejemplo primero. Tú, padre, has de quitar la mesa durante 5 días, que te vean. El quinto día dices a tu hijo: “venga, ahora entre los dos”. Y dos días después: “estoy orgulloso de ti, ahora ya has aprendido y ya puedes quitar la mesa tú sólo”. Y él se sentirá orgulloso de quitar la mesa.

Así aprenden a autoexigirse, que es mucho mejor que tenerlos vigilados 24 horas al día. Esto es un progenitor potenciador, motivador, animador y protector al mismo tiempo.

También les pedimos que estudien pero ¿nos ven a nosotros estudiar, leer revistas de nuestro oficio, ponernos al día en nuestra especialidad? Hemos de poder decir: “mirad, nosotros también estudiamos”.

 

Tener iniciativa, inquietudes y buen humor, especialmente con la pareja

Estos tres factores son útiles para la autoestima familiar. En España el buen humor no suele escasear. Pero la rutina es un enemigo en las relaciones de pareja y con los/as hijos/as.

El punto clave es que haya creatividad e iniciativa en la vida de pareja y eso se contagiará a toda la familia. Las mejores horas deben ser para compartir con la pareja. Ser padres no debe hacernos olvidar que somos “tú y yo, cariño, nosotros”.

Creatividad e iniciativa protegen a la pareja de la rutina. 

 

Aceptar nuestras limitaciones, y las de los nuestros

Hay que conocer y aceptar tus limitaciones, las de tu pareja, las de tus hijos/as, pero es importantísimo no criticar al otro ante la familia, no criticar a tu pareja ante los/as niños/as, o a un/a hijo/a ante los hermanos/as, comparando a un/a hermano/a “bueno/a” con un/a “malo/a”. Eso le hace sufrir y quita autoestima. Es mejor llevarlo aparte y hablar.

 

Reconocer y reafirmar lo que vale la otra persona

Hemos de saber (grandes y pequeños) que somos buenos/as en unas cosas y no en otras. “Hijo/a, pareces bueno/a en A y en B, pero creo que C no es lo tuyo”. Reafirmemos al otro en lo que vale, y se verá a sí mismo como lo que es, una persona valiosa.

 

Estimular la autonomía personal

Nos hacemos buenos/as a medida que vamos haciendo cosas buenas. Lo que se hace es importante: hacer cosas buenas nos hace buenos/as a nosotros/as. Esta idea ayuda a tener autonomía personal, hacer las cosas por nosotros/as mismos/as, para mejorar.

 

Diseñar un proyecto personal

No irás muy lejos si no sabes donde quieres ir. Quedarte quieto/a no es factible, has de tener un proyecto personal para crecer, y atender y ayudar a discernir y potenciar los proyectos de los tuyos.

 

Tener un nivel de aspiraciones alto, pero realista

Hemos de jugar entre lo posible y lo deseable. Si aspiramos alto, nos valoraremos bien, tendremos autoestima. Pero, ¿es factible? Debemos conjugar un alto nivel de aspiraciones con la realidad de nuestras capacidades y recursos.

 

Elijamos buenos amigos y amigas

El individualismo es el cáncer del siglo XXI. Estamos atados/as a máquinas gratificantes: el DVD, la TV, la videoconsola, internet... El trabajo en solitario va minando la amistad verdadera. ¡Los/as amigos/as comprometen mucho y al individualista no le gustan los compromisos!

Sin embargo, necesitamos más que nunca amigos/as humanos/as, personas, grandes y buenos/as amigos/as, con los/as que compartir muchas horas, conversaciones sinceras y cercanas, amistades de verdad, que te apoyen y te conozcan auténticamente, que te acepten con tus fallos y potencien lo mejor en ti. Seleccionar amigos/as así para ti y para los tuyos es la mejor inversión.

Una familia que trata de seguir estos principios contribuye a mejorar la estima en sus hijos y la autoestima en ellos mismos. Hay finalmente tres ideas más a considerar:

  • Según Chesterton, lo natural tiende a lo sobrenatural mientras que lo que no se sobrenaturaliza se desnaturaliza. 
  • Buena parte del sufrimiento inútil en el mundo se produce porque en algunas ocasiones en las que deberíamos dedicarnos a pensar, nos ponemos a sentir; y en ocasiones que son para sentir, nos ponemos a pensar. Evitemos este sufrimiento inútil: hay momentos para pensar y momentos para sentir.
  • Si luchas, puedes perder, pero si no luchas ya estás perdido. 
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