Actitudes Positivas y Autocuidado

Frases que promueven actitudes positivas

  • Muy bien, sabía que podías. Estoy seguro que eres capaz.
  • No dudo de tu buena intención.
  • Juan tiene un alto concepto de ti.
  • Si necesitas algo, pídemelo.
  • Sé que lo hiciste sin querer.
  • Estoy muy orgulloso de ti.
  • ¿Sabes? Te quiero mucho.
  • Yo sé que eres bueno/a.
  • Te felicito por lo que has hecho.
  • Cuando me necesites, yo te ayudaré.
  • Noto que cada día eres mejor.
  • Creo en lo que me dices.
  • Sabes que quiero lo mejor para ti.
  • Tú te mereces lo mejor.
  • Puedes llegar donde quieras.
  • Las próximas notas serán mejores.
  • Te extrañé.

 

 

Autocuidado

Principios para la implementación (Garma 1999)

El autocuidado posee unos principios que se deben tener en cuenta en su promoción:

  • Es un acto de vida que permite a las personas convertirse en sujetos de sus propias acciones. Por tanto, es un proceso voluntario de la persona para consigo misma.
  • Debe ser una filosofía de vida y una responsabilidad individual íntimamente ligada a la cotidianidad y a las experiencias vividas de las personas, pero a su vez debe estar fundamentado en un sistema de apoyo formal e informal como es el sistema social y el de salud.
  • Es una práctica social que implica cierto grado de conocimiento y elaboración de un saber y que da lugar a intercambios y relaciones interindividuales.

 

Promoción del autocuidado

Para que las personas asuman el autocuidado como una práctica cotidiana de vida y salud, es necesario incluir en su promoción las siguientes estrategias:

  • Desarrollar en las personas autoestima y generar niveles de fortalecimiento o empoderamiento como estrategias que reviertan la internalización de la impotencia, favorezcan el sentido de control personal y desarrollen habilidades de movilización personal y colectiva para cambiar las condiciones personales y sociales en pro de la salud.
  • Por otro lado, al potenciar la autoestima se impulsan prácticas deliberadas de autoafirmación, autovaloración, auto-reconocimiento y autoexpresión de los aspectos que favorecen el desarrollo integral.
  • Involucrar el diálogo de conocimientos, el cual permite identificar, interpretar y comprender la lógica y la dinámica del mundo de la vida de las personas mediante el descubrimiento y entendimiento de su racionalidad, sentido y significado, para poder articularlo con la lógica científica y recomponer una visión esclarecida de la enfermedad y de la salud que se traduzca en comportamientos saludables.
  • Explorar y comprender las rupturas que existen entre conocimiento, actitudes y prácticas; y configurar propuestas de acción y capacitación que hagan viable la armonía entre cognición y comportamientos.
  • Los agentes de salud deben asumir el autocuidado como una vivencia cotidiana, pues al vivir saludablemente, la promoción del autocuidado sería el compartir de sus propias vivencias. En la medida que el personal de salud viva con bienestar se estará en condiciones de promocionar la salud de los demás.
  • Contextualizar el autocuidado, es decir una direccionalidad de acuerdo con las características de género, etnia y ciclo vital humano. Es importante entender que cada persona tiene una historia de vida, con valores, creencias,  aprendizajes y motivaciones diferentes.
  • Generar procesos participativos; la promoción del autocuidado debe incluir participación más activa e informada de las personas en el cuidado de su propia salud, entendida la participación como el proceso mediante el cual la comunidad asume como propio el cuidado de sí misma y del ambiente que la rodea, dirigiendo la sensibilización a aumentar el grado de control y compromiso mutuo sobre la propia salud de las personas que ofrecen los servicios de salud y quienes los reciben.
  • El autocuidado significa aprender a participar de la sociedad, de su dinámica, de sus características y condiciones específicas en un momento determinado, y a tomar posiciones frente a las demandas sociales. Los conocimientos aprendidos a través de la socialización sustentan el pensamiento cotidiano, la construcción de alternativas, las motivaciones, las acciones y decisiones del vivir diario.
  • El agente de salud debe buscar espacios de reflexión y discusión acerca de lo que la gente sabe, vive y siente de las diferentes situaciones de la vida y la salud, con lo que identificar prácticas de autocuidado favorables, desfavorables e inocuas, y promover mediante un proceso educativo de reflexión-acción, un regreso a la práctica para transformarla.
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