Comercio exterior

Hoy en día un país difícilmente puede vivir cerrado al exterior, ya que esto le obligaría a tener que producir todo aquello que necesita: alimentos, energía, cualquier producto (desde la lavadora hasta el automóvil, pasando por el ordenador), etc.

No obstante, existen todavía algunos ejemplos de economías cerradas (Corea del Norte, Irak, etc.) que se suelen caracterizar por un nivel de vida muy bajo.

Lo normal es que los países establezcan relaciones comerciales con el resto del mundo, originándose un flujo de exportaciones (ventas de bienes y servicios del país al resto del mundo) y de importaciones (compras de bienes y servicios que realiza el país al resto del mundo).

El comercio internacional permite que los países mejoren su nivel de bienestar.

 

Distintas teorías han tratado de explicar el por qué los países tienden a especializarse en la fabricación de una serie de productos determinados, exportando el excedente que no necesitan, y con los ingresos generados importan aquellos que no producen.

 

Teoría de la ventaja absoluta: cada país se especializa en todo aquello que obtiene o produce de una manera más eficiente que el resto del mundo.

Veamos un ejemplo: nos vamos a centrar en la producción de dos productos: el zapato y el mueble.

Supongamos que España necesita 1 hora para fabricar un zapato y 4 horas para fabricar un mueble, mientras que Francia necesita 2 horas para fabricar un zapato y 3 para fabricar un mueble.

¿Qué ocurrirá? Pues que España se especializará en la fabricación de zapatos (ya que lo hace mejor que Francia), mientras que este país se especializará en la fabricación de muebles (lo hace mejor que España).

España venderá zapatos a Francia y le comprará muebles.

 

Teoría de la ventaja relativa: cada país se especializará en aquello que produzca de manera más eficiente entre las distintas alternativas de producción que tenga.

Imaginemos ahora que España necesita 1 hora para fabricar un zapato y 3 horas para fabricar un mueble, mientras que Francia necesita 2 horas para fabricar un zapato y 4 para fabricar un mueble.

En este caso España tendría ventaja absoluta respecto a Francia en ambos productos. Pero analicemos el coste de oportunidad:

Veamos la situación de España:

Si fabrica 1 zapato (1 hora) dejará de producir 0,33 muebles (cada mueble necesita 3 horas), luego el coste relativo es: 1 zapato = 0,33 muebles.

En cambio si fabrica 1 mueble dejará de producir 3 zapatos, luego el coste relativo es: 1 mueble = 3 zapatos.

Veamos ahora la situación de Francia:

Si fabrica 1 zapato (2 horas) dejará de producir 0,5 muebles (cada mueble necesita 4 horas). El coste relativo es: 1 zapato = 0,5 muebles.

Si fabrica 1 mueble dejará de producir 2 zapatos. Luego el coste relativo es: 1 mueble = 2 zapatos.

Si comparamos la situación de ambos países, España tiene ventaja comparativa frente a Francia en la fabricación de zapatos (0,33 muebles vs 0,5 en Francia), mientras que Francia tiene ventaja comparativa en la fabricación de muebles (2 zapatos vs 3 en España).

Esta situación llevará a que España se especialice en la fabricación de zapatos y Francia en la fabricación de muebles.

España comprará muebles a Francia siempre que por ellos tenga que pagar menos de 3 zapatos (en caso contrario le interesaría producir sus propios muebles), mientras que Francia venderá muebles siempre que le den más de 2 zapatos (en caso contrario le interesaría producir menos muebles y dedicar ese tiempo a producir sus propios zapatos).

Por tanto el comercio exterior entre estos dos países se desarrollará cuando para comprar un mueble haya que entregar más de dos zapatos, pero menos de 3.

 

Obstáculos al libre comercio

En la práctica es muy corriente que los países establezcan diversas medidas encaminadas a defender la industria nacional (industrias nacientes o industrias consideradas estratégicas), que dificultan el desarrollo del comercio exterior.

 

Entre estas medidas se encuentran:

Los aranceles: impuestos sobre los productos importados que los encarece y los hace menos competitivos en comparación con los productos nacionales.

 

Contingentes a la importación: límite a la cantidad que puede ser importada de un producto durante un tiempo determinado.

Por ejemplo: Portugal establece un límite a la importación de automóviles coreanos en 5.000 unidades al año.

 

Barreras no arancelarias: incluye procedimientos aduaneros complejos y costosos (en definitiva, disuasorios); normas de calidad y sanitarias muy estrictas para poder introducir un producto; subvenciones a los fabricantes nacionales para que puedan producir a precios más bajos, haciendo su productos más competitivos en perjuicio del producto importado.

 

Contenidos que te pueden interesar
Este sitio usa cookies para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Ninguna cookie será instalada a menos que se desplace exprésamente más de 400px. Leer nuestra Política de Privacidad y Política de Cookies. Las acepto | No quiero aprender cursos gratis. Sácame