¿De dónde
proviene la palabra "Dirección"?
Etimológicamente, la palabra "dirección",
viene del verbo "dirigere"; éste se forma a su
vez del prefijo "di", intensivo, y "regere":
regir, gobernar. Este último deriva del sánscrito
"raj", que indica "preeminencia".
¿Cuál es
la definición de Dirección?.
La dirección es aquel elemento de la administración
en el que se logra la realización efectiva de todo lo planeado,
por medio de al autoridad del administrador, ejercida a base de
decisiones, ya sea tomadas directamente, ya, con más frecuencia,
delegando dicha autoridad, y se vigila simultáneamente
que se cumplan en la forma adecuada todas las órdenes emitidas.
¿Cuál es
la importancia de la Dirección?.
Notemos que la dirección es la parte "esencial"
y "central", de la administración, a la cual
se deben subordinar y ordenar todos los demás elementos.
En efecto: si se prevé, planea, organiza,
integra y controle, es sólo para bien realizar. De nada
sirven técnicas complicadas en cualquiera de los otros
cinco elementos, si no se logra una buena ejecución, la
cual depende inmediatamente, y coincide temporalmente, con una
buena dirección. Tanto serán todas las demás
técnicas útiles e interesantes, en cuanto nos permitan
dirigir y realizar mejor.
Y es que todas las etapas de la estática administrativa
se ordenan a preparar las de la dinámica. Y de éstas,
la central, es la dirección. Por ello puede afirmarse,
como lo hicimos, que es la esencia y el corazón de lo administrativo.
Su importancia en razón de su carácter.
Otra razón de su importancia radica en que
este elemento de la administración es el más real
y humano. Aquí tenemos que ver en todos los casos "con
hombres concretos", a diferencia de los aspectos de la parte
mecánica, en que tratábamos más bien con
relaciones, con "cómo debían ser las cosas".
Aquí luchamos con las cosas y problemas "como son
realmente". Por lo mismo, nos hallamos en la etapa de mayor
imprevisibilidad, rapidez y, (si cabe la expresión), explosividad,
donde un pequeño error, -facilísimo por la dificultad
de prever las reacciones humanas- puede ser a veces difícilmente
reparable.
Cuando un administrador se interesa por sí
mismo en la función directiva, comienza a darse cuenta
de parte de su complejidad. En primer lugar, está tratando
con gente, pero no en una base completamente objetiva, ya que
también él mismo es una persona y, por lo general,
es parte del problema. Está en contacto directo con la
gente, tanto con los individuos, como con los grupos. Pronto descubre,
como factor productivo, que la gente no está solamente
interesada en los objetivos de la empresa; tiene también
sus propios objetivos. Para poder encaminar el esfuerzo humano
hacia los objetivos de la empresa, el administrador se da cuenta
pronto que debe pensar en términos de los resultados relacionados
con la orientación, la comunicación, la motivación
y la dirección.
Aunque el administrador forma parte del grupo, es
conveniente, por muchas razones, considerarlo como separado de
sus subordinados. Para lograr los objetivos de la empresa se le
han asignado recursos humanos y de otra índole, y tiene
que integrarlos. También es conveniente pensar en el administrador
como separado del grupo por que es su jefe. Como jefe no es tanto
uno de los del grupo como aquel que ha de persuadir al grupo para
que haga lo que él quiere o deba hacerse. La dirección
implica el uso inteligente de un sistema de incentivos más
una personalidad que despierte interés en otras personas.

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