El Contexto Escolar "diferente".

Cuando niños y niñas tienen problemas o dificultades en sus estudios o no se desenvuelven eficazmente en sus  relaciones sociales con compañeros/as, es indispensable averiguar la o las razones.

Es muy importante prestar atención al desarrollo de las habilidades sociales, imprescindibles para la adaptación de los escolares al entorno en el que actúan. Más tarde, estas habilidades les van a permitir desarrollarse como adultos, ya sea en el ambiente social como en el laboral.

Las habilidades sociales, la actitud hacia los demás, que para muchos profesionales de la educación pueden ser más importantes que el rendimiento académico escolar, se aprenden y se desarrollan en interacción con los demás.

Los niños y niñas con pocas o escasas habilidades sociales pueden tener problemas de autoestima porque les llevará a pensar que el problema está en ellos, dificultades para expresar deseos y opiniones por una timidez excesiva, dificultad para hacer amigos y relacionarse, incluso los puede llevar a un fracaso escolar.

Los integrantes de la familia, generalmente no saben cómo responder a las demandas de las generaciones actuales, porque están fuera de los esquemas vividos por sus propias experiencias.

La vida en edificios hace que ya no existan los juegos en la calle con amigos del barrio. El vecino es un desconocido con el que prácticamente no se tiene comunicación, pero se tienen relaciones con personas en lugares lejanos a través de las redes sociales. El esfuerzo, la constancia y el trabajo están desvalorizados, mientras se recompensa el éxito rápido de quien juega bien al fútbol o tiene condiciones para el canto.

Es imprescindible identificar la cultura a la que el niño o la niña pertenecen y la sociedad en la que vive, incluyendo los valores y expectativas familiares, para asociarlos con el contexto escolar y relacionarlos.

La persona no puede desarrollarse adecuadamente sin un intercambio satisfactorio con su entorno y el proceso se beneficia mucho más, según se observa diariamente en los ambientes escolares, cuando el nivel socioeconómico de los integrantes del grupo es similar.

A mediados y casi finales del siglo XX, los ambientes escolares generalmente estaban integrados por niños y niñas de diferentes clases sociales y niveles económicos. En este siglo XXI, la situación no es la misma, debido principalmente a la expansión de las instituciones privadas, que lograron un agrupamiento de escolares mucho más relacionado con el nivel socio-económico de las familias.

En general, los recuerdos que las personas guardan en su memoria sobre la institución escolar es resultado de las experiencias significativas (positivas o negativas) que  han vivido. La manera como se entienda y experimente la vida escolar puede condicionar la integración socioeducativa de un niño o niña, su éxito académico, sus relaciones con los pares o la forma de verse a sí mismo/a.  

Algunos problemas como el fracaso académico o la dificultad en la relación social pueden ser provocados por una imagen negativa de los docentes, de los compañeros, de sí mismos o de la institución escolar.

La percepción que los escolares tienen del contexto escolar dependerá de los docentes y del ambiente que se viva en ese entorno educativo. Es por esto que no todos tenemos las mismas experiencias escolares, o la misma opinión de maestros y maestras, ni de otros compañeros.

Las preguntas que surgen a nivel familiar podrían ser: ¿qué hay que hacer?, ¿cambiarse de barrio?  ¿aparentar  que se tiene lo que no se tiene para adaptarse a las exigencias socioeconómicas de las familias que asisten a la institución escolar que hemos elegido para nuestros hijos?.

La respuesta a estas interrogantes es una decisión enteramente familiar y estos comentarios simplemente acercan un punto de vista muchas veces no tratado y comprobado por quienes acompañamos diariamente a grupos de escolares.

Durante años hemos observado que muchos niños y niñas sufren en  silencio distintas situaciones personales asociadas con realidades que son más comunes a medida que se tiene mayor edad, ocasionadas por diferentes causas que incluyen, por ejemplo,

  • No querer o no poder participar en una situación grupal donde el docente pregunta “¿qué hicieron en las vacaciones?, porque no fue a ningún lado.
  • No haber salido nunca del país, cuando los compañeros más allegados viajaron al exterior en repetidas ocasiones.
  • No querer invitar a compañeros/as a su casa porque consideran que no está a la altura de las viviendas que ellos tienen, o porque está en un barrio alejado y eso “da vergüenza”.
  • No poder realizar un  festejo de cumpleaños a la altura de otros ya realizados en el grupo.
  • No tener ropa de moda variada para encuentros fuera de la institución escolar.
  • No poder acceder a dispositivos electrónicos sofisticados que normalmente utilizan sus compañeros/as.
  • No tener un modelo de coche o automóvil familiar como el de las familias de sus compañeros/as, etc.

Esto nos motiva a poner en aviso a las familias para que consideren estos puntos y otros similares con atención, en el momento de decidir la elección de una institución escolar, o detectar problemas de rendimiento y/o  de relación social con compañeros/as de clase en la institución que asisten.

Hugo Valanzano Falero

Docente universitario. Licenciado en Biblioteconomía. Docente de Inglés Técnico. Postgrado en docencia universitaria.

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