Presentaciones orales (2). ¿Qué les gusta y qué no les gusta a quienes te van a escuchar?
¿Qué les gusta y qué no les gusta a quienes te van a escuchar?
La AUDIENCIA es el público que va a escuchar tu presentación.
Sin importar si la audiencia es un grupo de clase integrado por compañeros y compañeras que tienen tu misma edad, o un grupo de docentes invitados a escuchar lo que vas a decir, hay ciertos puntos muy importantes a tener en cuenta con respecto a lo que generalmente esas personas pensarán de alguien que hará una presentación oral.
Hablar en público significa establecer una comunicación con las personas en la cual se transmite la información que se presenta y las emociones de la persona que habla.
Al público le gusta ver en la persona que está realizando la presentación, un rostro amable, una sonrisa, una actitud humilde y si no ve algo así, se produce un sentimiento de rechazo. Al público le gusta ver una persona normal, que habla con naturalidad y mira a los asistentes.
Como ocurre en muchos casos, gran parte de los integrantes de la audiencia, por ejemplo, tus compañeros y compañeras, están allí obligados a asistir, obligados a escucharte, porque es parte de la clase.
Tal vez, muchos de ellos tiene poco interés o ninguno en el tema que vas a presentar, por lo tanto hay que tener esto muy en cuenta durante la preparación de la presentación.
Seguramente ya habrás asistido a alguna presentación en clase, o tú has presentado un tema en clase. En tu opinión, ¿qué recuerdas que estuvo muy bien y qué recuerdas que estuvo muy mal?
Por ejemplo, un compañero habló con un tono de voz tan bajo que tú, al final de una fila, no captaste todo lo que se dijo. Una compañera, leyendo un texto que había preparado, miraba a la maestra todo el tiempo y sentiste que, poco a poco, te ibas desconectando de la actividad.
Dos o tres compañeros, prepararon unos esquemas y diagramas sobre una cartulina, pero el tamaño de los dibujos permitía que únicamente los que estaban sentados en las primeras filas, entendieran lo que se presentaba. O la vez que dos compañeras presentaron un tema, aprendido de memoria, y te parecieron dos robots que hablaban sin parar hasta el punto final.
También recordarás el momento en que un compañero, se presentó nervioso frente a la clase y hablando pausadamente, en un tono de voz perfecto y mirando a la audiencia durante su intervención, presentó un tema con información tan interesante que captó tu atención hasta el final.
Estos ejemplos, de situaciones muy frecuentes en presentaciones orales en clases de cualquier nivel, son muestras de lo que NO gusta a la audiencia y lo que SÍ gusta, y hay que tenerlo en cuenta en la preparación de una presentación.
Muchos pensamos que quienes van a escuchar nuestra presentación esperan algo perfecto y presentado como un profesional, pero no es así. A veces creemos que vamos a captar la total atención de todos los asistentes y tampoco es así.
Sin importar lo buena o excelente que haya sido la presentación, a alguien no le va a gustar la persona que habla o el tema presentado. Es parte de la naturaleza humana ser así.
En un grupo de personas siempre habrá diversidad de opiniones, reacciones positivas y negativas, desinterés, etc. Algunos estarán cansados porque durmieron poco, otros están deseando que termine la actividad para irse.
Por lo tanto, es importante tener en cuenta que no tiene sentido creer o intentar que todos los integrantes del público seguirán con máxima atención lo que uno diga o les interese muchísimo lo que uno presenta.
Lo más importante en una presentación oral es darle a la audiencia algo de valor. Si al final de tu presentación, los que te escucharon, sean compañeros de clase, docentes o familiares, se quedan con la idea de haber aprendido algo valioso y diferente, considerarán que tu presentación fue un éxito.
Y, algo más, no importa si te equivocaste en alguna parte, o no hubo claridad en otra, al público no le importará, siempre que le hayas dado algo novedoso, valioso y actualizado.
La palabra clave en la preparación de una presentación oral es: DAR, no RECIBIR.
El propósito de una presentación oral no es recibir algo de la audiencia (aprobación, una buena nota, aplausos, la felicitación de un docente, etc.), sino DARLES algo útil.
Y para darles algo útil es fundamental preparar el tema buscando información actualizada y diferente a lo que la audiencia conoce.
Preparar una presentación oral de un tema a un grupo integrado por compañeros y compañeras de clase, tiene una gran ventaja – tú sabes muy bien lo que ellos saben y el nivel de conocimiento que tienen sobre el tema, porque es el mismo nivel que TÚ tienes.
Sabiendo esto, es mucho más fácil seleccionar material diferente, actualizado y fuera de lo común, para que la audiencia valore lo que estás presentando como un aporte significativo y puedas impresionar positivamente a tu grupo y a tus docentes.
Otro detalle importante a tener en cuenta en estas consideraciones previas es que la persona que hace una presentación oral, sabe exactamente los puntos que incluye su exposición, los preparó, los va a desarrollar durante su intervención.
La persona que presenta sabe lo que se propone, conoce los puntos que vendrán, uno tras otro. Sin embargo, no ocurre lo mismo con quienes lo escuchan. El público no tiene esa información, no sabe cómo vas a desarrollar tu presentación.
Es muy importante organizar el contenido de la información de manera lógica y ordenada, para que los oyentes recuerden lo que vas a presentar con más facilidad. La audiencia NO se toma el trabajo de organizar la información que presentamos, tenemos que organizarla nosotros para la audiencia.
Si los datos que se ofrecen en una presentación son complicados o confusos, los oyentes preferirán desconectarse o distraerse y considerarán tu presentación como complicada y confusa. Los oyentes considerarán que la presentación es buena, o muy buena, si se les facilita la tarea.
Recuerda: La audiencia no se encarga de organizar las cosas por nosotros, tenemos que organizarlas para la audiencia.
Para lograr esto:
Las presentaciones se preparan de una forma y se presentan de otra. |
En las próximas lecciones veremos, paso a paso, cómo lograr una buena presentación oral, teniendo en cuenta que la audiencia, en la gran mayoría de sus integrantes, siente el mismo miedo que tú a hablar en público y conoce muy bien el riesgo de pasar vergüenza o fracasar al pasar adelante.
Tus compañeros y compañeras, exceptuando a algunos, se identifican contigo, admiran tu valor y están contigo, sin importar lo que ocurra en el desarrollo de la presentación.
Tal vez un error, un tartamudeo, un quedarse en blanco por unos segundos puede significar muchísimo para ti, pero no será tan importante para la audiencia. Al final de la presentación, tus compañeros y compañeras serán más flexibles que lo que tú te imaginas, especialmente si en tu presentación les diste información valiosa y relevante.
Recuerda lo que leíste en la lección anterior: Lo que uno siente, durante una presentación, no es lo que la gente que te escucha, ve y siente.
CAMBIEMOS DE TEMA... | |||||||||||||||||||||||||
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