Joaquín Gaztambide
El 7 de Febrero de 1822 nace en Tudela (España) Joaquín Romualdo Gaztambide Garbayo; pianista, empresario teatral, compositor de zarzuelas y director de orquesta que dejará un sello imborrable entre sus contemporáneos y que será una de las figuras claves del renacer de la zarzuela lírica a mediados del siglo XIX.
Su formación musical la inicia en 1830 con el maestro de capilla de la Catedral de Tudela, Pablo Rubla; marchando 4 años después a Pamplona para estudiar composición y piano con José Guelbenzu.
En 1842 decide marchar a Madrid, donde pretende aumentar sus conocimientos musicales estudiando con Albeniz y Carnicer, además de probar suerte en el mundo musical.
Tras dos años en la capital consigue ser nombrado director de coro del Teatro de la Cruz, estrenando en 1846 su primera composición, titulada “Un alijo en Sevilla”.
Posteriormente visitará París, donde se hace cargo de una compañía de ballet hasta que en 1848 recibe la propuesta de dirigir el antiguo Teatro del Príncipe, el Teatro Español de Madrid.
En 1856 decide dar el salto al mundo empresarial vinculado a la música, convirtiéndose en copropietario del Teatro de la Zarzuela de Madrid, donde también ejercerá de director y compositor.
Los años van pasando, su fama creciendo y el reconocimiento por su labor como director le consagra como uno de los más grandes del momento; por lo que es designado en Junio de 1868 como director de orquesta de la Sociedad de Conciertos de Madrid, cargo en el que permanecerá hasta Octubre del mismo año, momento en el marcha a realizar una gira por México y Cuba con su propia compañía.
Durante esta gira y en agradecimiento a su importante labor es nombrado Presidente de la citada sociedad (Enero de 1869), cargo que acepta encantado desde México, además de proponérsele dirigir la orquesta en verano, cuando regrese de su periplo y el director titular está ausente.
Pero Gaztambide va a contraer una grave enfermedad que le afecta de manera irremisible al hígado, lo que provoca su muerte en Madrid el 18 de Marzo de 1870; dejando un legado imborrable en la Sociedad de Conciertos (a pesar de las pocas veces que dirigió en ella) y en la zarzuela.
Sus obras más destacadas son:
-“La mensajera”, 1849.
-“El estreno de una artista”, 1852.
-“El valle de Andorra”, 1852.
-“Catalina”, 1854.
-“El juramento”, 1858.
-“¡En las astas del toro!, 1862.