Energías renovables. Autoconsumo y venta a la red

Se trata ahora de conseguir la máxima autonomía energética del negocio. La dependencia de combustibles fósiles debilita la solidez económica de un proyecto, ya que las continuas variaciones en la oferta y la inestabilidad política de los países productores, hacen fluctuar constantemente el precio de los combustibles quedando comprometida cualquier inversión que los utilice como fuente de energía. Eso sin contar con que son agotables y el daño que producen sobre el medio ambiente (emisiones de CO2 y otros gases perjudiciales, vertidos de crudo al océano, residuos peligrosos de difícil gestión…).

Utilizar las fuentes de energía renovables para abastecer la demanda energética de nuestra empresa, puede proporcionarnos una gran ventaja competitiva: la autonomía energética. A continuación se van a tratar las principales aplicaciones de fuentes renovables en los diferentes negocios:

1. Energía solar térmica: Se basa en utilizar la radiación solar para calentar un fluido que acumula esa inercia térmica para ser utilizada posteriormente en diversas aplicaciones. El uso de paneles solares térmicos está muy extendido en determinadas zonas climáticas, que gozan de una radiación solar suficiente a lo largo del año. En negocios con vestuarios como instalaciones deportivas, centros sanitarios, industrias metalúrgicas, etc., ha proliferado bastante su instalación. También se puede aprovechar el agua caliente para calefacción, por ejemplo mediante la instalación de suelo radiante, incluso para refrigeración si se combina con una máquina de absorción.

 

buenas practicas



2. Energía solar termoeléctrica: En aplicaciones mayores como las plantas solares de torre, de colectores cilindro-parabólicos, discos parabólicos… la energía solar térmica de alta temperatura se emplea para producir vapor y alimentar las turbinas que producen energía eléctrica. En el mundo se han puesto en marcha en los últimos años cientos de centrales generadoras de electricidad basadas en este fundamento, y las compañías eléctricas cuentan ya con líneas de negocio específicas para la puesta en marcha de proyectos solares termoeléctricos.

3. Energía solar fotovoltaica: Las placas solares de silicio golpeadas por los fotones de la radiación solar, generan energía eléctrica a partir del movimiento de electrones entre las zonas de diferente conductividad que las conforman. Tiene mucho sentido su instalación en explotaciones agrícolas o ganaderas aisladas, donde el autoconsumo se hace necesario por la ausencia de red eléctrica, incluso ya se está utilizando en hospedajes de turismo natural ubicados en parajes inaccesibles.

Además, se están utilizando constantemente en nuevos proyectos, como el de las marquesinas fotovoltaicas sobre los aparcamientos en superficie, que además de dar sombra pueden recargar las baterías de los coches eléctricos situados bajo ellas.

Pero también ha tenido fuerte repercusión en el sector industrial, se han realizado instalaciones de envergadura sobre las cubiertas de fábricas, naves y pabellones, para autoconsumo y vertido a la red eléctrica. De hecho, las subvenciones y primas que fomentan el desarrollo de la energía fotovoltaica han desembocado en la construcción de los llamados “huertos solares”, que son grandes instalaciones en parcelas agrícolas con el único fin de vender la energía producida al mercado eléctrico.

4. Energía de la biomasa: Lo interesante de esta tecnología es que puede sustituir a las aplicaciones agotables sin cambiar el concepto, es decir, lo que antes hacía una caldera de gasóleo o gas lo hace ahora una de biomasa. La diferencia está en el ciclo cerrado de CO2, ya que el emitido a la atmósfera en la combustión de la biomasa lo absorben las plantas en la fotosíntesis que luego son utilizadas de nuevo como combustible. Se usa para calentar agua o producir calefacción, y tiene especial sentido en procesos industriales que necesiten calor y que además tengan disponibilidad de comburentes naturales (por ejemplo en las almazaras, que al encontrarse junto a la explotación agrícola del olivar pueden usar la madera de éste para alimentar la caldera de la planta).

5. Energía eólica: Aprovecha la fuerza del viento para producir energía eléctrica y adquiere especial relevancia en zonas rurales aisladas, donde un pequeño aerogenerador puede cubrir las necesidades de una determinada explotación (por ejemplo conectado a bombas de extracción de agua). Al igual que con la solar termoeléctrica, existen varias compañías eléctricas especializadas en la producción de energía eólica incluso lo han convertido en su principal fuente de negocio.

6. Energía geotérmica: Mediante el uso de un intercambiador se transfiere el calor del subsuelo al sistema de calefacción del edificio y disipar el calor en exceso en el terreno cuando se necesite refrescar el interior.

En cualquiera de los casos anteriores, el modelo debe estar claro, a no ser que el negocio sea el de producir energía para su venta, la solución debe ir encaminada al autoconsumo y verter a la red eléctrica solamente aquella energía sobrante, por la que se puede obtener una retribución directa o un descuento en la factura de la luz, dependiendo de la legislación que en esta materia tenga el país donde se ubique la empresa.

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