Más Amadís, más Quijote
He leído "el Amadís", el "Amadís de Gaula". Quería hacer mi particular homenaje a Cervantes, a "El Quijote", y no se me ocurrió mejor forma que leer esta emblemática obra de las novelas de caballería.
Son varias las reflexiones que me sugiere esta lectura.
Que "El Quijote" es un libro de plena actualidad está fuera de toda duda. Su forma de entender la vida y cómo ésta choca con la realidad es algo tan radicalmente identificativo de la experiencia de los seres humanos que la convierte en una obra atemporal y universal. Siempre me ha asombrado por qué ha tenido tanta repercusión en el espacio y en el tiempo el relato de unas aventuras tan poco selectas pero, a la vez, tan excelsas; tan disparatadas a la vez que cotidianas...
Cervantes era un artista de lo común. Su biografía lo identifica también como uno de tantos individuos que tuvieron que sobrevivir como pudieron a sus épocas de "vacas flacas"; hasta su éxito le llegó de forma casual en un género literario que a priori no era su favorito.
Si "El Quijote" es actual, como digo, lo es plenamente "El Amadís". Mi reflexión es que no han cambiado tanto nuestros ideales, esos que se han incrustado en nuestro ADN de seres humanos: el ideal de la lucha del Bien contra el Mal y de la belleza del primero frente a la fealdad del segundo.
Las historias épicas de héroes y villanos son modernas. El enfrentamiento, en lugares imaginarios o reales, de reyes virtuosos contra advenedizos usurpadores aparece en libros, películas, series televisivas, vídeo-juegos... La atracción que produce ese antagonismo ancestral entre el Bien y el Mal no pasan de moda.
Otra de las referencias que no pierde vigencia con el paso de los siglos es la del héroe que lo vence todo. El esfuerzo del héroe casi derrotado que de repente renace y triunfa es una forma de enseñarnos que el hombre puede resistir y afrontar lo que la vida le depara.
En nuestras batallas contra nuestros dragones particulares el héroe nos muestra que se puede ser vencido pero no moralmente derrotado. No estoy de acuerdo con la máxima de que "nada hay imposible" porque no es cierta, pero sí creo en que la capacidad del ser humano para la supervivencia y la adaptación es enorme.
En mi opinión, lo que convierte al héroe en invencible es el rearme moral continuo con los valores a los que rinde tributo y que le obligan, en muchas ocasiones, a negarse a sí mismo, recuperar la palabra sacrificio y dotarla de significado. Lealtad, respeto, amor, fidelidad, compasión, sinceridad... son las espadas a través de las cuales consigue dominar a los enemigos que le asaltan en el camino.
El "Amadís de Gaula" y el resto de las novelas de caballerías consiguieron un alto grado de popularidad entre los siglos XV y XVI. Ahora también nos es muy familiar la práctica de evadirse a través de la observación de las vidas de otros, otros a los que vemos como héroes de nuestro tiempo.
Si Cervantes hubiera sido contemporáneo nuestro y hubiera querido ironizar sobre alguna pasión mediática ¿qué hubiera centrado su sátira: los "reálitis", las telenovelas, las redes sociales...? ¿cómo hubiera sido la locura de su Quijote? ¿se pasaría los días "nominando" a aquellos que le estorbarían? ¿creería que iba a ganar un premio en un concurso? ¿se convertiría en un ciudadano empoderado? ¿tendría una amada a la que rendir culto o practicaría la amistad "con derecho a roce"?
Seguro que don Miguel hubiera sacado toda su creatividad y nos hubiera regalado una obra maestra. También imagino que lo hubiera tenido un poco complicado porque, ahora mismo, el héroe (el loco) hubiera tenido que luchar contra gigantes muy listos que saben envolverse muy bien en disfraces de "corderos al uso" y ocultan con maestría sus espíritus de "lobos narcisistas".
