Cómo hacer frente a la sesión de estudio de mi hijo-a.

El uso de las redes sociales y de la agenda escolar como correo entre padres y profesores permite un seguimiento directo y continuado de la vida de nuestros hijos-as en el colegio. De este modo, padres asociados en grupos, en los que también están incluidos los maestros, están constantemente informados de cómo les va a los niños-as en este ámbito: si cumplieron o no con sus obligaciones, si les faltó o perdieron algún material, si tuvieron un comportamiento adecuado e incluso si protagonizaron alguna proeza o pelea. Utilizar estos medios de una manera coherente y responsable es positivo y adecuado para solventar posibles dificultades en los alumnos de manera inmediata, fomentando la participación de los padres en las actividades propuestas en este contexto.

 

estudiando

 

Sin embargo, en nuestra práctica profesional también observamos consecuencias negativas derivadas de esta situación. La sobre-información y la consecuente sobre-implicación en el desarrollo escolar de nuestros hijos-as nos llevan a encontrarnos con:

  • Padres que cada tarde realizan las sesiones de estudio junto a sus hijos-as, que se sienten constantemente evaluados, viven como propios los éxitos y fracasos de éstos y compiten con otros padres deseando que sus hijos-as sean los mejores de la clase.
  • Niños-as que ante tanta exigencia no logran cumplir las expectativas de sus padres, con grandes sentimientos de frustración y para los que estudiar se convierte en una ardua tarea que tienden a evitar porque no saben muy bien cómo afrontarla.
  • Alumnos con escasa autonomía a la hora de resolver sus asuntos escolares.

 

Hemos llegado a la recta final del curso y si la evolución escolar de su hijo-a no está siendo satisfactoria, es probable que esta última etapa suponga una fuente de estrés familiar, aumentando los enfrentamientos entre adultos y niños, así como los sentimientos de frustración y enfado en ambas partes.

 

Por ello, os dejamos aquí algunas recomendaciones para favorecer que los niños-as vayan desarrollando un hábito de estudio adecuado:

El lugar

  • Cómodo
  • Silencioso, sin música, sin TV.
  • Con buena temperatura.
  • Ventilado
  • Con buena iluminación (si es posible luz natural)
  • Mesa amplia
  • Silla cómoda
  • Con todo el material de estudio a mano
  • Sin distracciones
  • Trabajar en el mismo lugar cada día

 

Es necesario fraccionar el tiempo de estudio en periodos de 50 minutos, tomando los 10 minutos que faltan hasta completar la hora para un pequeño descanso, por ejemplo para estirar las piernas o ir al baño.

 

El estudio es una actividad que exige un gran esfuerzo y para rendir al máximo hay que estar bien alimentado e hidratado. Por ello, es adecuado tomar la merienda y agua antes de estudiar, así no tiene uno por qué sentir hambre ni sed durante la sesión.

 

Una vez se tienen controlados todos estos aspectos, se procede a trabajar el tema a estudiar con el libro de texto delante y los apuntes que tengamos.

 

Aconsejamos seguir los siguientes pasos:

1. Lectura rápida del tema completo.

2. Lectura comprensiva con subrayado de cada uno de los apartados del tema.

* Subrayado: consiste en resaltar las ideas principales del texto para facilitar la memorización y el repaso. Se recomienda hacerlo con lápiz y de una forma sutil, para mantener el libro en buenas condiciones.

3. Esquema de cada uno de los apartados, haciendo uso de la información seleccionada mediante el subrayado.

4. Resumen de los contenidos a partir del material de estudio e intentado escribir con palabras propias aquello que se ha retenido.

5. Exponer y repasar: leer repetidas veces los esquemas y resúmenes elaborados hasta que estén memorizados. Relatar el tema en voz alta.

6. Hacer un repaso rápido al día siguiente.

 

Una vez cumplida la sesión de estudio, se desconecta de las obligaciones escolares hasta el día siguiente para poder disfrutar del tiempo libre.

 

Los padres pueden ayudar a que sus hijos-as aumenten la motivación hacia este tipo de tareas, así como su nivel de autonomía para hacer frente al estudio teniendo en cuenta las siguientes orientaciones:

 

  • Adecuar junto a su hijo-a (para que se sienta partícipe) un lugar de la casa como zona de estudio que favorezca la concentración.
  • Ayudar y supervisar las tareas escolares cuando el niño-a lo necesite. Cabe señalar aquí la necesidad de hacer un uso responsable de la agenda escolar y las redes sociales. Por ejemplo, para actuar adecuadamente en los grupos de whatsapp recomendamos usarlo solo cuando surgen contratiempos con la agenda y el niño-a nos lo pide. También resulta útil para mantenernos informados de la vida escolar de éstos cuando somos capaces de ser actores secundarios y delegar la responsabilidad en nuestros hijo-as, actuando exclusivamente cuando observamos que estos no responden.
  • Organizar el tiempo de ocio diario con actividades que sean gratificantes para su hijo-a y en las que nos podamos incluir para favorecer la comunicación y la cercanía emocional.
  • Establecer un sistema de recompensas preferiblemente afectivas para premiar los éxitos escolares de los niños-niñas.

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