Interés simple y compuesto

El interés es el rendimiento que produce un capital siendo proporcional al volumen del capital inicial, a la duración de la inversión y al tipo de interés. Se diferencian dos tipos: el simple y el compuesto.

Interés simple y compuesto
Interés simple y compuesto

 

INTERÉS SIMPLE

En este caso los intereses que se generan en un periodo de tiempo no se agregan al capital para el cálculo de los intereses del siguiente periodo.

Su fórmula es la siguiente:

Interés simple = Capital * i * n

siendo “i” el interés nominal en tanto por uno (al expresarse habitualmente en tanto por ciento basta con dividir entre 100 para pasar a tanto por uno) y “n” el número de periodos.

La operación inversa al interés simple es el descuento simple que tiene mucha utilidad cuando invertimos en deuda pública o en pagarés, por comentar alguno de sus usos.

 

INTERÉS COMPUESTO

Al contrario que en el interés simple, los intereses se acumulan al capital para producir conjuntamente nuevos intereses al final de cada periodo de tiempo.

Algo mágico debe de tener el interés compuesto que el propio Albert Einstein, que de tonto tenía lo justo, lo consideraba como “la octava maravilla del mundo al ser la fuerza más poderosa del Universo”. Y algo de cierto debe de tener porque la base de todas las inversiones se basa en dejar que el tiempo haga crecer nuestros ahorros de manera exponencial reinvirtiendo lo ganado.

Su fórmula es la siguiente:

Interés compuesto = Capital * [(1 + i) n – 1]

siendo “i” el interés nominal en tanto por uno y “n” el número de periodos.

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