Del rescate

Ø      Si las negociaciones han fracasado, y los delincuentes han comenzado a matar rehenes, se impone la irrupción y el rescate de los rehenes por la fuerza.

 

Ø      Permanezca al producirse la acción policial acostado en el piso (cuerpo a tierra), con los brazos cubriendo la cabeza.

 

Ø      Busque parapetarse detrás de una columna o cualquier barrera que lo proteja de rebotes o esquirlas. Si se han arrojado gases, permanezca en el suelo, respire lentamente y no se refriegue los ojos. No se mueva del piso hasta que el personal policial lo autorice, incluso puede ser que en primera instancia los interventores le coloque esposas, ya que en esos momentos no se conoce generalmente quien es quien.

 

Ø      La intervención puede comenzar con granadas de luz y sonido en forma ruidosa, con explosiones y disparos.

 

Ø      Usted tendrá miedo, sufrirá el efecto shock que inicialmente lo congelará, pero aparecerá  su instinto de conservación y con él, el pánico que puede ser su peor enemigo. Deje que el personal interventor restablezca el orden, obedezca las órdenes que se le imparten.

 

Ø      Las fuerzas de rescate, no se limitan a sacarlo a salvo de la situación. Su tarea continuará hasta que usted recupere sus condiciones psicofísicas normales y pueda reunirse con los suyos. Uno de los dilemas como ya dijimos, es que las fuerzas      intervinientes tratarán a todos por igual. Un rehén agresivo o resistiéndose  puede ser confundido con sus captores, arriesgándose a que lo lesionen e incluso lo hieran.

 

Ø      Las fuerzas policiales, cada vez tienen más éxito en la negociación, porque las acciones como la descripta, serán cada vez menos frecuentes. Confíe en ellos en caso que un familiar, socio o amigo sea secuestrado. Concurra siempre a la policía de inmediato. Ellos tienen experiencia y han visto muchos casos. Deje que actúen.

 

Ø      Finalmente, la conclusión feliz ha llegado y usted vivió ésta inusual, triste y frustrante experiencia.

 

Ø      Sin embargo es posible que se produzca el pos-trauma del rehén que recién llegará a unos pocos días del hecho, unido a los síntomas más comunes:

 

§         Insomnio y pesadillas.

§         Desajuste sexual.

§         Perdida de apetito.

§         Temperamento con reacciones impredecibles.

§         Sensación de un sentido de separación y alienación.

§         Motivación disminuida.

§         Pérdida de auto estima por la humillación recibida.

 

Ø      Si esta situación persiste, quizás convenga la realización de terapia profesional del grupo familiar.

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