El Ser

Para definir lo que es el ‘ser’, Aristóteles utiliza los mismos dos pasos que él ha fijado como necesarios para conformar una buena definición.

Así, en este caso el género próximo será la SUSTANCIA, y las diferencias específicas estarán constituidas por los ATRIBUTOS, también denominados categorías:

SER = SUSTANCIA + ATRIBUTOS

La ‘sustancia’, o concepto que define una cosa determinada, también se puede subdividir, según profundicemos más o menos en la definición:

  1. Sustancia primera
  2. Sustancias segundas: género, especie, etc.

Los ‘atributos’ sirven para diferenciar una cosa de las demás de su mismo tipo. Se corresponden, como ya hemos apuntado, con las ‘especies mayores‘ de Platón, y Aristóteles los denomina CATEGORÍAS.

Son las siguientes:

CANTIDAD, CALIDAD, RELACIÓN, DÓNDE, CUÁNDO, SITUACIÓN, HÁBITO, ACTIVIDAD Y PASIVIDAD

Volvamos a la ‘sustancia’ para analizar sus aspectos constitutivos. Estos son dos, según Aristóteles: MATERIA y FORMA ; la ‘materia’ es el concepto abstracto, y la ‘forma’ su materialización en este mundo.

Esta teoría (‘HILEMORFISMO’, del griego (hylé = materia, y morfé = forma) presenta indudablemente cierto parecido con la ‘teoría de las ideas’ de Platón ; sin embargo, hay que tener en cuenta que para Aristóteles las ideas abstractas no pueden existir por sí solas.

Una sustancia con ‘materia’ y sin ‘forma’ sólo existe en POTENCIA, y para existir en ACTO necesita de la unión de ambos conceptos (‘SINOLO’).

POTENCIA Y ACTO
El acto es, pues, el existir de la cosa, pero no como cuando decimos que está en potencia ; y decimos que está en potencia como está un Hermes en un madero, y la media línea en la línea entera, porque podría ser separada, y que es sabido incluso el que no especula, si es capaz de especular. Por esto otro está en acto.

Lo que queremos decir es evidente en las cosas singulares por inducción, sin que sea preciso buscar una definición de todo, sino que basta contemplar la analogía, pues en la misma relación que lo que edifica con lo que puede edificar está también lo despierto con lo dormido y lo que ve con lo que está con los ojos cerrados pero tiene vista, y lo segregado de la materia con la materia … Y de esta diferencia, quede el acto separado a una parte y a la otra, la potencia …

Puesto que de las acciones que tienen límite ninguna es fin, sino que todas están subordinadas al fin, por ejemplo del adelgazar es el fin la delgadez y las partes del cuerpo, mientras adelgazan, están así en movimiento, no existiendo aquellas cosas a cuya consecución se ordena el movimiento, estos procesos no son una acción o al menos no una acción perfecta (puesto que no son un fin).

Acción es aquella en la que se da el fin. Por ejemplo, uno ve y al mismo tiempo ha visto, piensa y ha pensado, entiende y ha entendido, pero no aprende y ha aprendido ni se cura y está curado. Uno vive bien, y al mismo tiempo ha vivido bien, es feliz y ha sido feliz.

Y si no sería preciso que en un momento dado, cesara, como cuando adelgaza ; pero ahora no, sino que vive y ha vivido.

Así, pues, de estos procesos unos pueden ser llamados movimientos, y otros actos.

Pues todo movimiento es imperfecto: así el adelgazamiento, el aprender, el caminar, la edificación ; estos son, en efecto, movimientos y, por tanto, imperfectos, pues uno no camina y al mismo tiempo llega, ni edifica y termina de edificar, ni deviene y ha llegado a ser, ni se mueve y ha llegado al término del movimiento, sino que son causas distintas, como mover y haber movido, y pensar y haber pensado. A esto último llamo acto, y a lo anterior, movimiento.

(METAFÍSICA, 1046 a, 31 ss.)

 

Todo el razonamiento anterior nos explica el por qué Aristóteles considera imprescindible practicar las ‘ciencias especulativas’.

La única forma de llegar al conocimiento del ‘ser’ consiste, efectivamente en seguir la ‘serie de las causas: empezar descubriendo la causa de un fenómeno natural dado, para luego continuar investígando hasta dar con la causa, y así sucesivamente hasta encontrar la causa de todas las causas, la ‘causa primera‘.

La Filosofía se puede definir, entonce, como la ciencia de las primeras causas. Aristóteles descubre cuatro pasos principales dentro de la mencionada ‘serie de las causas’:

  1. CAUSA MATERIAL (materia = sustrato)
  2. CAUSA FORMAL (forma = esencia)
  3. CAUSA EFICIENTE (principio del movimiento)
  4. CAUSA FINAL (inelegible o apetecible)

 

LAS CAUSAS
… Puesto que nuestro estudio tiene por objeto conocer y no estimamos conocer nada antes de haber captado el por qué (es decir, la primera causa), es evidente que debemos hacer lo mismo tanto en relación con la generación y corrupción como con cualquier cambio físico, con el fin de que, conociendo los principios de las cosas, referir a ellos todas nuestras indagaciones …

En un sentido, causa es aquello de lo que una cosa está hecha y que permanece inmanente a la misma, como el bronce es (en este sentido) causa de la estatua -’paradigma’-, es decir, la definición de la equididad y sus géneros, como es la relación de dos a uno para la octava y, generalmente, el número y la parte de la definición.

En otro sentido, causa es aquello de lo que procede el primer comienzo del cambio y del reposo, como … el padre es causa del niño … En último lugar, causa es el fin …, por ejemplo, la salud es causa del paseo …

Estas son, sin duda, todas las acepciones en que es preciso entender las causas.

Que hay causas y que su número es el que decimos, es algo que es evidente, pues tal número es el que encierra el por qué.

En efecto, el por qué se relaciona, a fin de cuentas, bien con la esencia, …, bien con el motor próximo …, bien con la causa final, bien en relación con las cosas que son engendradas, con la materia …

Puesto que hay cuatro causas, el físico debe conocerlas todas … Es verdad que tres de ellas se reducen a una en muchos casos, pues la esencia y la causa final se identifican ; entonces, el origen próximo del movimiento es idéntico específicamente en éstas, pues es un hombre el que genera un hombre, y así acontece de manera general para todos los motores que son movidos.

Es, pues, evidente, que lo necesario en las cosas naturales es lo que se enuncia como su materia y los movimientos de ésta ; el físico debe hablar de dos tipos de causas, pero, sobre todo, de la causa final, pues es ciertamente el fin lo que es causa de la materia y no la materia lo que es causa del fin.

Fin es lo que la naturaleza desea y es de la definición y de la noción que parte la naturaleza: en las cosas artificiales, siendo tal la cosa, es preciso que necesariamente tales cosas sean hecha o existan ; la salud siendo tal, es preciso que tales cosas sean hechas o existan ; de igual modo, siendo el hombre tal, es preciso tales cosas, y si estas cosas son precisas, también otras tales.

(FÍSICA, II, 3, 7 y 9)

 

Como podemos comprobar, tanto la ‘causa eficiente’ como la ‘causa final’ conducen, según Aristóteles, al concepto de DIOS, o primer motor inmóvil.

Sus características serán semejantes a las del ‘ser’ de Parménides, porque es evidentemente el ser lo que estábamos buscando y lo que hemos encontrado. Son las siguientes:

  • acto puro
  • causa final
  • no tiene extensión
  • infinito.
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