Las leyes y categorìas del Ser

QUE SON LAS LEYES DEL SER.

Las leyes del Ser corresponden a las leyes del conocer, esto es, a los principios lógicos.

Esto se debe a que, de algún modo, el ámbito del conocer ha pretendido identificarse con el del ser, o ha querido transplantarse al del ser. No vamos a discutir aquí la validez de las leyes del ser, pues esa tarea excede los intereses de esta obra.   

Nos limitaremos a exponerlas.

LA LEY DE IDENTIDAD.

La ley de identidad o principios de identidad, se puede formular así: "Todo ente es idéntico a sí mismo".

La identidad que este concepto encierra es una entidad lógica, pues afirma que un mismo ente, considerado como objeto sujeto y como concepto predicado, son idénticos.

Reside, pues, la identidad en el sujeto que conoce. 


LA LEY DE
 CONTRADICCIÓN.

El principio de contradicción pone en relación al ente con su negación; se puede formular de la siguiente manera: "Un ente no puede, al mismo tiempo, ser y no ser".

Puede entenderse este principio de dos maneras: la primera, cuando se afirma que un ente no puede al mismo tiempo existir y no existir; y la segunda, cuando se dice, con Aristóteles, que "es imposible que el mismo atributo pertenezca y no pertenezca al mismo tiempo al mismo sujeto y en la misma relación".

El principio de contradicción, pues, excluye la contra­dicción lógica del ámbito del ser.  


LA LEY DEL
 TERCERO EXCLUIDO.

Si el principio de contradicción excluye el no ser de la esfera del ser, el principio del tercer excluido lleva esa exclusión a su más estricta expresión: "O algo es o no es; no puede haber una tercera posibilidad".

Debe entenderse los mismos dos sentidos que el principio de contra­dicción: refiriéndose al existir o refiriéndose al poseer o no una característica.

LA LEY DE RAZÓN SUFICIENTE.

Este principio puede formularse del siguiente modo: "Todo ente ha de tener una razón suficiente de su ser".

En rea­lidad, este principio no tiene una evidencia por sí mismo, por lo cual debe ser com­prendido de otra manera; esa manera no puede ser la demostración, pues entonces no sería un principio, entonces debe ser otra forma distinta de la evidencia y de la demostración: es lo que Kant llamó "deducción trascendental".

Así es como este principio debe ser entendido como conditio sine qua nondel conocimiento, como fundamento del conocimiento de los objetos.

CATEGORÍAS DEL SER.

Hemos hablado anteriormente de las categorías del conocer; ahora es necesario referirse a las mismas categorías, pero desde el punto de vista del Ser.

Siguiendo a la clasificación propuesta por Hessen, nos ubicaremos en lo que él llama categorías de la esfera real, y que divide en categorías de los objetos empíricos y en categorías de los objetos metafísicos.

Así, las categorías que habrá que estudiar son: cualidad, cantidad, espacialidad y temporalidad; y sustancialidad, causalidad y finalidad.

CANTIDAD Y CUALIDAD.   

El primer punto de vista desde el que se puede considerar el ser es la cantidad. Toda realidad, al ser conocida se nos muestra bajo un aspecto predominantemente cuantitativo.

Este carácter ha hecho que, en el curso de la historia,  se haya identificado la cantidad con la realidad, y se haya creído que la cantidad es la forma de la realidad por excelencia.

A pesar de ese he­cho, debe aceptarse que la cantidad es sólo una forma de  conocer el Ser, un aspecto desde el cual se le considera. Esa forma de consideración debe estar fundamentada en la realidad, si se espera que el conocimiento cuantitativo sea un conocimiento verdadero.  

Por eso es que se dice que la cantidad, en cierto sentido, está en el ser, como fundamento del conocer.

Si la cantidad nos remite al número o al tamaño de la realidad, la cualidad nos remite a la índole misma del ser. La cualidad se nos manifiesta, particularmente, según la modalidad de acción de los sentidos.

Así, habrá cualidades olfativas, visuales (color, matiz, etc.), auditivas, gustativas, táctiles (incluyendo presión, tempera­tura, tensión, equilibrio, etc.).

ESPACIALIDAD Y TEMPORALIDAD.

La espacidalidad aparece como una magnitud cuantitativa y extensa. 

El espacio no tiene realidad por sí mismo; el espacio no existe como una entidad independiente, por eso es que puede afirmar­ se que sólo es una relación entre distintos entes que están presentes en la existencia.

Del mismo modo, la temporalidad no aparece como un ente, sino como una propiedad de un ente, constituye también una relación entre distintos entes que permanecen en la existencia.

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