La Depresión - Técnicas

Una vez identificadas las estrategias de cambio en el caso, pasaremos a establecer las técnicas más adecuadas al contexto de nuestra paciente, que van a ser aplicadas en la terapia, desde una perspectiva integradora:

A través de la Asociación Libre, invitaremos a Luisa a hablar, haciendo especial hincapié en su infancia, su desarrollo, sus relaciones con su madre, para ir elaborando el duelo no cerrado (“me quedé sin saber qué decirle...no era cierto...yo nunca se lo supe mostrar...” y que le causan tanto sufrimiento emocional (“es como si no pudiera separarme de ella... los demás piensan que estoy loca, pero yo no puedo...”). A partir de ahí vamos a buscar la reconstrucción histórica, centrada alrededor de la búsqueda de la génesis de su yo y del cuadro depresivo, intentando transformar “verdades” vividas como eternas en “verdades” históricas.

Sin realizar ningún tipo de juicio, intentar llevar a Luisa a relatar los episodios vividos que han ido dando lugar al modo en que se enfrenta su vínculo con la realidad y consigo mismo. Luisa no ha podido afirmar el sentimiento básico de sí misma, por lo que no ha podido constituir un sentimiento de seguridad básica, esencial para el buen funcionamiento psíquico (Abordaje Psicoanalítico).

Los pensamientos negativos provocan el pesimismo en la persona y se generalizan a todo el entorno de la vida de esa persona: tendencia a asunción de responsabilidad por lo que no ha ido bien, se piensa que las cosas negativas dominan su existencia y se piensa que las cosas no mejorarán nunca.

Es necesario realizar una “reestructuración cognitiva” para poder cambiar la forma negativa de pensamiento y aprender a pensar de forma diferente dando prioridad a los pensamientos positivos. A utilizar la Técnica de la Flecha descendente, que consiste en una especie de sondeo o profundización progresiva en sus significados, una especie de asociación de ideas a partir de los pensamientos automáticos. No es fácil, y suele despertar “resistencia” a cambiar de hábito de pensamiento.

Ejemplo en el caso de Luisa

“yo creo que mi marido confía más en ella que en mí...yo creo que está enfadado conmigo...” (Pensamientos automáticos Iniciales)

¿y si ocurre todo esto entonces qué...? (¿qué significado tiene para ti?)

“Me rechazan... prefieren hablar con mi marido, a él todos le adoran,... mi hijo no me presta atención...”

¿y si ocurre todo esto entonces qué...? (¿qué significado tiene para ti?)

“Mi criterio no tiene valor... Todo lo digo poco objetivamente” (Creencia personal Básica).

Una vez descubiertas las creencias básicas de Luisa, utilizando esta técnica, estamos en disposición de comprobar su grado de verdad o adecuación a las diferentes situaciones, y así empezar a abordar la reestructuración cognitiva.

A menudo, cambiar creencias básicas suele largo y tedioso, por lo que, según sea la creencia, intentaremos el cambio completo o el cambio de determinados efectos de las creencia más que todos sus aspectos (Abordaje Cognitivo).

En el caso de Luisa, estamos también ante una falta de refuerzo, que hace que el paciente con depresión no actúe. Debido a su inactividad, no encuentra refuerzos y la depresión se perpetúa. Luisa lleva 8 años con ella. Por tanto, se tratará de usar unas técnicas que contengan actividades que comiencen a dar a Luisa los refuerzos que necesita, con una doble finalidad: incrementar el nivel de actividad, modificando la apatía, pasividad y falta de gratificación; facilitando la evaluación empírica de sus conductas desadaptativas. La Técnica del Refuerzo es sencilla y, con una aplicación correcta, de efectos poderosos. Se utiliza para promover conductas adecuadas, con el uso de reforzadores.

Para ello, se realizará la Programación de Actividades diarias, que puedan posibilitar el aumento de gratificaciones (refuerzos) para el paciente o como tareas distractoras de momentos de malestar, por ejemplo, ejerciendo un control de estímulos predecibles y negativos.

Entrenamiento Asertivo, algunos pacientes depresivos, debido a sus creencias disfuncionales suelen inhibir sus conductas de defensa de sus derechos personales o expresiones de deseos y opiniones. Se pueden presentar esos “derechos” a Luisa, pedir su opinión sobre si los lleva a cabo, valorar las ventajas y el modo de hacerlo (Abordaje Conductual).

Debemos trabajar con Luisa en la expresión de sus necesidades, sus emociones, sus sensaciones, por lo que debemos promover la expresión y liberación emocional: “hay rabia...supongo pero no sería justo que la expresara...”. Técnicas como la Técnica de la Silla Vacía (Greenberg, Rice & Elliot, 1996).

Fue creada por Perls en su terapia gestalt, y su objetivo es la afrontación de significados y experiencias contrapuestas en las personas de manera vivencial y directa. La técnica consistirá en pedir a Luisa que se siente en una silla y frente a ella estará otra vacía, que puede representar a una persona significativa de su vida o también un aspecto distinto de él mismo. Se trata de establecer un diálogo entre ambas partes con el fin de generar y expresar nuevos significados que puedan resolver un conflicto entre los polos contrapuestos del sujeto, desbloquear la expresión de deseos ante autoexigencias personales o elaborar asuntos irresueltos y no terminados del pasado, tal como se da en el caso de Luisa, que tiene un asunto pendiente con su madre (Abordaje Experiencial).


 

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