Roles de género
Cuando hablamos de roles de género, nos referimos a una serie de expectativas y atribuciones relativas a cómo deben comportarse los jóvenes en una determinada sociedad por pertenecer a un género u a otro.
Y aunque nos guste o no, los roles de género tiene una enorme influencia en la construcción de la personalidad de una persona.
Desde el primer momento que se desvela el sexo del bebé se ponen en marcha una serie de comportamientos y expectativas que, finalmente, van a determinar su tipificación sexual, que no es otra cosa que el proceso por el cual un niño o niña es consciente de su rol de género e interioriza los valores y comportamientos relacionados con el sexo al que pertenece.
La correspondencia a un género u a otro no es más que la aceptación de valores, costumbres y hábitos de la sociedad en la que se desarrollan.
Los roles de género no son estáticos, es decir que es un rasgo de la personalidad que se puede modificar y que es variable a lo largo de la vida de una persona.
Al igual que en la infancia, los chicos suelen mostrar unos estereotipos más rígidos que las chicas.
De este modo, tras los notables cambios físicos experimentados en la pubertad éstos estereotipos se van a ver incrementada en chicas y chicos, los cuales se muestran muy rígidos en cuanto a roles de género evitando comportamientos o actividades que puedan ser considerados propios del otros sexo.
Estos estereotipos pueden ser más flexibles en la transición al instituto como medida de adaptación a un contexto nuevo, ya que el adolescente en estos momentos se siente más inseguro por lo que, no es el momento para sostener ideas que no sabe como van a ser entendidas.
Una vez finalizado este periodo de adaptación, se vuelven a ver reforzados los estereotipos.
Tanto chicos como chicas distinguen una serie de características que les identifican con su género, lo que se concreta en los comportamientos que manifiestan.
En la manera en que afrontan los retos educativos y profesionales, e incluso, como vimos en páginas anteriores, en el desarrollo de su autoestima.
Los entornos en los que se desenvuelve el adolescente también va a incidir de manera notable en la adquisición y el desarrollo de sus roles de género, siendo los más destacados la familia, los amigos, el colegio, los medios de comunicación y los lugares de ocio.
