Lateralidad

Aunque, como sabemos, el cuerpo humano es simétrico, desde el punto de vista práctico, podemos señalar que es asimétrico ya que la mayoría de las personas utilizamos tanto el brazo como la pierna derecha más que los mismos miembros del lado izquierdo del cuerpo.

Aunque no es muy utilizado, lo mismo ocurre con los ojos, ya que uno de ellos predomina sobre el otro.
 Las preferencias laterales que citamos pueden ser:

  • Homogéneas: el niño/a es diestro o zurdo de ojo, pierna y brazo.
  • Cruzada: el niño/a puede ser diestro de ojo y zurdo de pierna y brazo por ejemplo. Cuando se da este caso, lo más común es que el niño o niña sea diestro o zurdo de brazo y pierna y tenga cruzado la utilización del ojo.

El 10% de la población es zurda, encontrando mayor número de éstos en hombres que en mujeres. El caso de los ambidiestro, es decir, personas que usan igual un lado del cuerpo que el otro son casos excepcionales.

Esto se debe a que en la mayor parte de las personas predomina el hemisferio izquierdo del cerebro que controla la parte derecha del cuerpo, es la razón por la que la mayor cantidad de personas son diestras.

En las personas zurdas, la parte del cerebro que domina es la derecha por lo que se utiliza el lado izquierdo del cuerpo.

Actualmente, no están claras las razones por la que en el 10% de la población domina el hemisferio derecho del cerebro, hay creencias que hacen referencia a factores hereditarios o relacionados con la maduración del feto.

Por ese mismo motivo, modificar la lateralidad de un niño o niña no es cambiar un hábito o costumbre, sino que afecta a la organización y funcionamiento de su cerebro.

En la mayoría de los casos, la lateralidad está clara desde la primera infancia. Ésta se suele producir entre los 3 y los 6 años de vida.

Si no se ha producido espontáneamente finalizado este periodo, conviene lateralizar al niño siguiendo las preferencias aparecidas en alguna prueba diagnóstica y antes de comenzar el aprendizaje de la lectoescritura.

Si una vez hechas las pruebas el niño o la niña no muestran preferencias por ninguno de los dos lados, quizás sea más aconsejable lateralizarlo en el lado derecho del cuerpo por motivos sociales, ya que la mayor parte de objetos están hechas para personas diestras, es una cuestión de comodidad para el niño o la niña.

Cabe resaltar que el ser zurdo/a no atañe ningún problema al desarrollo del niño/a y no hay razón por la que la zurdera deba ser evitada, debemos evitar los prejuicios que nuestra sociedad ha tenido en relación con los zurdos, evitando relacionar diestro a hábil y siniestro a avieso.

Por último, resaltar que si el niño/a no presenta ningún problema debe dejar que el mismo desarrollo elija el lado a usar y si esto no está claramente definido dejar a especialistas la lateralización del niño/a no antes de los 4 años y no posterior a los 5 y medio.

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