Ansiedad

La ansiedad por muy molesta que nos resulte no deja de ser un mecanismo adaptativo sin el cual no podríamos vivir.

Ya en tiempos prehistóricos aquellos hombretones con melena y lanza que salían a cazar animales cada mañana y volvían a la cueva con su presa, ufanos de su fortaleza y habilidad, sentían ansiedad. Era aquella ansiedad la que les permitía estar alertas para cazar o para protegerse, ya que entonces se carecía de medidas de seguridad como las que tenemos ahora y el peligro acechaba en cada instante.

Hoy en día la ansiedad adaptativa es beneficiosa y necesaria, pero debido al tren de vida que llevamos y en muchas ocasiones a las altas expectativas que nos marcamos, aparece una ansiedad que no nos beneficia. Es una ansiedad desadaptativa.

 

¿Qué es ansiedad desadaptativa?

Aquella que nos alerta y nos anticipa un peligro inexistente, irracional o irreal

Por ejemplo, imaginemos una alarma que consta de un sensor que capta toda persona que pasa por alli haciendo que inmediatamente suene una alarma para que el personal de seguridad pueda acudir y comprobar qué persona se ha introducido en las instalaciones que vigila. Si esa alarma se estropea, el vigilante acudirá al lugar alertado por el sonido de la alarma y se encontará que no hay nadie. Así funciona la ansiedad desadaptativa, avisando de un peligro que no existe. Nuestro cerebro recibe una señal, se pone en tensión causando un gran malestar que en muchas ocasiones no sabemos manejar.

 

¿Cómo se maneja la ansiedad?

La ansiedad se maneja acompañándola y no poniéndole resistencia. Tiene una duración, cuando llega a un punto determinado se para y acaba por desaparecer. El problema es que sus efectos son tan desagradables que en muchas ocasiones creemos que estamos sufriendo un infarto.

La ansiedad se manifiesta de muy diversas maneras. Con opresión en el pecho, temblores, mareos, sensación de perder el control y volverse loco, sudoración y otros síntomas. 

Es importante manejar bien la respiración. Habitualmente respiramos con muy poca capacidad torácica, sin utilizar el diafragma. Si nos entrenamos haciendo respiraciones y aprendemos a detectar y a anticipar los primeros síntomas de la ansiedad, podremos manejarla adecuadamente.

Si tenemos ansiedad, nuestro cuerpo nos está avisando que algo no funciona bien. Es muy común acudir a que nos prescriban unas pastillas para calmarla, es un remedio que nos mejora, pero no deja de ser un parche. Hay que encontrar la causa que nos produce esa ansiedad. De ese modo sabremos por dónde atajar y sanar nuestro cuerpo y nuestra mente.

Un especialista puede ayudar a encontrarla y ofrecer técnicas para manejarla.

En muchas ocasiones anticipamos de manera catastrofista una desgracia o algo malo que normalmente no llega a suceder. Por ejemplo en este caso aprenderíamos una técnica para detectar y eliminar estos pensamientos tal y como hemos visto en una de las anteriores lecciones y posteriormente aprenderíamos a respirar y manejar ese malestar que nos surge.

De momento practiquemos lo que hemos aprendido para ir profundizando poco a poco.

YOLANDA RUIZ LANCINA

Psicóloga col. (A-1522)

Contenidos que te pueden interesar
Este sitio usa cookies para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Ninguna cookie será instalada a menos que se desplace exprésamente más de 400px. Leer nuestra Política de Privacidad y Política de Cookies. Las acepto | No quiero aprender cursos gratis. Sácame