Las S.S I

En 1925, Adolf Hitler fundó las SS. Esta organización, que estaba subordinada al jefe de personal de las SA (Sturmabteilungen, o tropas de asalto), tenía las siguientes obligaciones: proteger a Hitler y otros líderes y oradores nazis, proveer seguridad para las reuniones políticas, y conseguir suscriptores para el periódico del partido nazi, llamado Der Völkischer Beobachter (el Observador del Pueblo).

El 20 de enero de 1929, cuando las SS contaban con 280 hombres, Hitler nombró a Heinrich Himmler Reichsführer-SS (líder de las SS del Reich). Himmler consideró que esta era una buena oportunidad para desarrollar un cuerpo élite del partido nazi basado en las visiones nacionalistas raciales (völkisch) de la “pureza racial”, y que la lealtad a Hitler era la personificación del futuro de la nación alemana. Mediante una rigurosa selección de candidatos para el ingreso a las SS basada en la ascendencia “racial” y la fiabilidad política, transformó a las SS en una guardia de élite formada por el mejor “material racial” disponible en Alemania con una absoluta lealtad al liderazgo de Hitler del movimiento nazi y la nación alemana y a la visión de Hitler del futuro a largo plazo del Tercer Reich.

Antes de que los nazis tomaran el poder en Alemania, Himmler introdujo dos funciones clave para las SS: seguridad interna y custodia de la pureza racial. Pocos meses después de que las SS aplastaran un levantamiento contra el liderazgo de Hitler iniciado por las SA de Berlín, inspirándose en el lema de las SS, “Mi honor es lealtad”, Himmler creó el Servicio de Seguridad (Sicherheitsdienst-SD) en el verano de 1931. El SD reunió información de inteligencia sobre los opositores de Hitler dentro del partido nazi, los líderes y las actividades de otros partidos políticos, además de funcionarios del gobierno federal y local. En agosto de 1934, Rudolf Hess, segundo líder del partido nazi, anunció que el SD sería a partir de ese momento la única agencia autorizada para reunir y analizar información de inteligencia política en el Tercer Reich.

A fines de 1931, Himmler estableció una Oficina de Raza y Asentamiento de las SS (Rasse- und Siedlungsamt) para evaluar las solicitudes de hombres de las SS que querían casarse con un nuevo “decreto de matrimonio” interno. Esta “pericia”, desarrollada mediante el mantenimiento de la “pureza racial” en las SS, se utilizaría más tarde durante la guerra para determinar si una persona era “alemana” o no. Dicha determinación, como mínimo, podía significar trabajo y mejores raciones de alimentos para los residentes en territorio bajo ocupación alemana durante la IIª Guerra Mundial. Para los polacos que realizaban trabajos forzados en el Reich acusados de tener relaciones sexuales con mujeres alemanas, esta “evaluación racial” podía ser la diferencia entre la vida y la muerte.

 

Las SS como fuerza ejecutiva ideológica
 
Cuando los nazis tomaron el poder en enero de 1933, las SS tenían más de 52.000 miembros. Como recompensa por su participación en el asesinato de Ernst Röhm y el liderazgo máximo de las SA entre el 30 de junio y el 2 de julio de 1934, Hitler anunció que las SS era una organización independiente. Himmler, el jefe de las SS, era ahora subordinado de Hitler en la nueva función de este como Führer (líder) de Alemania. Como Führer, Hitler ya no era un político ni ejecutivo regido por las limitaciones legales del estado alemán, sino más bien un símbolo de la supervivencia y la grandeza futura de Alemania, con autoridad para actuar más allá de las leyes del estado con el fin de garantizarlas. La subordinación de Himmler a Hitler dentro de esta cadena de mando “Führer-Ejecutivo” fue la base del inmenso poder que las SS acumuló durante el régimen nazi.

Como jefe de las SS, Himmler recibió autoridad directamente de Hitler para llevar a cabo políticas ideológicas que las leyes del estado no permitían. Esta “autoridad del Führer” basada en la ideología permitió la autorización de la encarcelación indefinida en el sistema de campos de concentración y el asesinato masivo. Los líderes nazis justificaron esta cadena legal de mando adicional y las políticas iniciadas con su autorización con los decretos de emergencia nacional posteriores al Incendio del Reichstag en 1933 y, después de 1939, con la intensificada emergencia generada por la guerra.

Alvaro Diez Cárcamo

Diplomado en Estudios Avanzados (DEA), especialidad Historia Contemporánea

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