Encontrar un buen final

El final de una novela debe ser el resultado de un proceso complejo. El final
depende del escritor, de su forma de haber narrado la historia, del conflicto que
haya creado, de la actitud de los personajes, etc. Pero ese final siempre debe
producir la sensación de que la historia continúa más allá de la vista del lector.

Podemos saber el final nada más comenzar la novela. Si ya lo tenemos pensado puede guiarnos en todo el proceso de escritura hacia ese final. Es bueno saberlo porque nos evita escribir a ciegas sin saber a dónde queremos llegar.

El final puede llegar naturalmente, siguiendo los hilos de la historia y otras
veces nos podemos encontrar con varios finales posibles. Pero siempre es
mejor tener una idea de hacia dónde llevar la historia.

Si la novela está bien construida el final puede estar escondido en la
presentación del conflicto. La información contenida en el planteamiento ya nos
presupone un final.

Hay que tener cuidado al escribir, pues las ganas de terminar nos puede llevar
a precipitar el final. Si nos sucede esto es mejor dejar descansar la historia y
tomar esos días para pensar un buen final.

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