El síndrome del cuidador (IV). Características

CARACTERÍSTICAS DEL SÍNDROME DEL CUIDADOR.

  • Suele haber deterioro de la calidad del sueño: por lo general estas personas duermen menos y se despiertan más a menudo; todo esto incrementa mucho el cansancio durante el dia. También vemos a cuidadores que duermen por exceso, quizás por agotamiento o por una depresión de fondo que aún no ha salido a la luz.
  • Presentan, con mucha frecuencia, dolores de espalda como ciáticas, lumbalgias, dolores de cuello y diversas contracturas musculares; tendinitis de hombro, codo y muñeca; dolores "en todo el cuerpo"...
  • Son habituales los edemas e hinchazón en piernas y pies, así como las varices y demás signos de problemas de circulación venosa. 
  • Son muy frecuentes los síntomas psicosomáticos (molestias originadas por la propia ansiedad): tienen problemas de estreñimiento y diarrea, dolores abdominales, cefaleas o migrañas, palpitaciones, temblor de manos, fatiga y agotamiento no relacionados con el esfuerzo realizado... 
  • También es habitual la pérdida o ganancia de peso, sufrir aumento o pérdida de apetito, las comidas fuera de horas, comer poco y mal o mucho y mal, así como las malas digestiones.
  • Agotamiento por el exceso de trabajo: pérdida de energía, fatiga crónica, sensación de cansancio continuo (es la persona que, allá por donde va, "busca silla"...).
  • Se encuentran ansiosos e irritables y es muy típico que se quejen de "falta de aire". También vemos depresión, angustia y una sensación continua de sentirse desbordado por los cuidados. Todo ello es más habitual en mujeres.
  • Experimentan cambios frecuentes de humor y de estado de ánimo.
  • Agresividad constante contra los demás, porque siguen con su vida; porque son capaces de ser felices con el "enorme problema" que tenemos en casa.
  • También es muy habitual experimentar una gran tensión contra los cuidadores auxiliares porque "todo lo hacen mal" (son sucios, no hacen bien los cambios posturales, no le dan correctamente la medicación, se equivocan con las "gotas", continuamente se confunden con las horas de la toma de sus fármacos: o se adelantan o se retrasan...).
  • Este síndrome incluye, con mucha frecuencia, el desarrollo de actitudes y sentimientos  negativos hacia el familiar al que se cuida. Esto les genera un importante sentimiento de culpa.
  • Tienen comportamientos rutinarios repetitivos como, por ejemplo, limpiar la casa continuamente y sin que sea necesario.
  • La ansiedad crónica junto con el cansancio les genera problemas de memoria, dificultad de concentración, falta de entendimiento... no son pocos los que acaban pensando que ellos también están empezando una demencia senil...
  • No es raro el consumo en exceso de café, alcohol, tabaco...
  • Tampoco lo es el abuso de pastillas para dormir, sedantes y tranquilizantes y el consumo de más medicamentos en general. Es frecuente que tomen analgésicos para el dolor; con frecuencia en grandes cantidades. 
  • Se ha comprobado el incremento del número de accidentes, de mayor o menor importancia, domésticos sobre todo, pero también en la conducción y en la vía pública.
  • Por si fuera poco, es habitual que presten una menor dedicación de tiempo al cuidado de su propia salud.
  • Por otra parte suele producirse un empeoramiento de la higiene personal.
  • También es muy frecuente la constatación de una importante reducción del tiempo libre para ocio; además la desmotivación y falta de ganas les dificulta aprovechar el poco tiempo que tienen para ello. Es habitual que, fuera de casa, practiquen poco ejercicio físico, por agotamiento, falta de tiempo o simplemente por esa misma "falta de ganas".
  • Tienden al aislamiento social y familiar. Van abandonando las amistades habituales ("no tengo nada nuevo que contar", "aburro a todo el mundo",  "a la gente ya no le interesa mi vida...").
  • Por lo general existe un deterioro de su vida familiar, de su situación económica y de su vida laboral previa. Además, es normal la pérdida de expectativas laborales, profesionales y sociales.
  • En definitiva estas personas acaban, con mucha frecuencia, en una situación de auténtica "parálisis vital" que les tiene encerradas en casa durante años y años... sin ningún proyecto de vida que no sea el cuidado del paciente. Se vuelven "esclavos" del enfermo al que cuidan.

julio yañez gonzalez-irun

Medicina de familia.

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