Intervención Neuropsicológica en Demencias

El comienzo del tratamiento es un momento crucial, siendo lo idóneo su inicio en una fase previa a la enfermedad. Desde el ámbito de la neuropsicología la terapia que ha recibido un mayor interés en la intervención en demencias es la estimulación cognitiva.

Estimulación cognitiva: se entiende como el conjunto de técnicas y estrategias fundamentadas en la neuropsicología que tratan de activar, entrenar y optimizar las distintas capacidades y funciones cognitivas superiores, mediante una serie de situaciones y actividades concretas. Cuando un profesional se plantea realizar estimulación cognitiva debe seleccionar las tareas que va a utilizar en función tanto de las características del individuo como del marco teórico en que se fundamenta su intervención.

No se trata de administrar fichas independientes, que contengan diferentes tareas que comprometan a la memoria, la atención, el lenguaje o cualquier otra función cognitiva. La mera repetición de tareas no es suficiente, sino que se debe diseñar materiales o actividades personalizados al paciente y en función de unos objetivos planteados.

Por su parte, además de los materiales de intervención clásicos, el especialista en neuropsicología puede servirse de algunos juegos de mesa (bingo, dominó, juegos de cartas), pasatiempos (sudoku, sopa de letras, crucigramas, laberintos, búsqueda de diferencias) o de la música.

Este conjunto de técnicas puede ir dirigido a toda la población en general, desde personas sin ningún tipo de alteración neurológica, hasta quienes padecen deterioro cognitivo o demencia.

No obstante, el objetivo de este tipo de intervención varía en función del tipo de persona al que se dirija. Así, en el caso de personas sin alteración o con DCL el objetivo que se pretende alcanzar es mejorar/mantener las capacidades cognitivas de la persona además de evitar la aparición o retrasar la aparición de futuras enfermedades neurodegenerativas. Por su parte, en el caso de demencia el propósito es más específico, ya que no se dirige a la recuperación de los aspectos perdidos, puesto que a día de hoy no existe ningún modo de alcanzar este punto. En este caso, el objetivo se dirige a mejorar el funcionamiento cognitivo mediante la potenciación de las habilidades cognitivas que se encuentran preservadas, para así atenuar o enlentecer el deterioro cognitivo progresivo característico de la demencia.

En cuanto a su estructura, se ha constatado que la aplicación de estimulación cognitiva debe ser individual o en grupos muy reducidos y homogéneos, con un máximo de ocho personas. En cuanto a la duración, esta puede variar entre los 45 minutos y los 60 minutos de duración por sesión.

Para su correcto empleo se debe comenzar estimulando la atención con ejercicios de baja dificultad, e ir subiendo ésta gradualmente, entrenando otras funciones. Se recomienda que las actividades no tengan una dificultad demasiado alta para así no frustrar al paciente, así como acabar con una tarea de baja dificultad y motivante. Para ello, se debe conocer bien al paciente, es decir, sus características personales tales como tolerancia a la frustración, gustos y preferencias y otras características observadas durante la evaluación neuropsicólogica.

 

Neuroplasticidad

La razón por la que la estimulación cognitiva es eficaz la encontramos en sus bases neurobiológicas. En concreto, la neuroplasticidad, es una respuesta cerebral de adaptación a nuevas situaciones haya o no alteración neurológica, dándose a lo largo de toda la vida. Dentro de la neuroplasticidad encontramos:

  • Plasticidad sináptica: es una mejora de las conexiones entre diferentes neuronas, como consecuencia del aprendizaje de una tarea o actividad. Dicha mejora produce una red o circuito neuronal que se ve reforzada a medida que se adquiere y consolida el aprendizaje.
  • Neurogénesis: proceso de generación de nuevas neuronas a partir de células progenitoras. Dicho proceso, se produce durante toda la vida de los humanos.
  • Plasticidad Funcional Compensatoria: es un tipo de plasticidad que afirma que, aunque la persona padezca demencia, posee una reserva cerebral gracias, entre otras razones, a la reserva cognitiva.

 

Beneficios

Por otro lado, entre los beneficios de la intervención neuropsicológica en demencias cabe señalar: mantener su nivel de autonomía e independencia durante más tiempo, lo que posibilitará al paciente tener una mayor calidad de vida y; evitar o disminuir la presencia de problemas comportamentales y emocionales; evitar la desconexión del entorno y fortalecer las relaciones sociales; estimular la propia identidad y la autoestima; prevenir y eliminar conductas desadaptativas; y mejorar el estado de salud de los pacientes.

Daniel Ramírez Molina

Licenciatura en Psicología

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