La Evaluación Neuropsicológica en Demencias

Actualmente, el diagnóstico de la EA se basa en la aplicación de criterios clínicos, ya que hasta la fecha no han sido establecidos marcadores biológicos con la fiabilidad y especificidad necesarias.

Así pues, el diagnóstico del síndrome demencial en la práctica clínica es la evaluación neuropsicológica a través del estudio del perfil cognitivo del paciente y el análisis cualitativo y cuantitativo de las funciones tanto preservadas como alteradas.

De este modo, podemos afirmar que entre los objetivos de la exploración neuropsicológica en las demencias se encuentran la detección precoz, el establecimiento de un diagnóstico diferencial, la obtención del perfil neuropsicológico, la determinación del grado de severidad del cuadro o fase evolutiva, la contribución al establecimiento de un pronóstico, y mostrar y establecer orientaciones de intervención y seguimiento.

Las áreas que deben evaluarse son: orientación; atención; memoria; funciones ejecutivas; lenguaje; habilidades motoras y praxias; procesos perceptivos (gnosias).

Dicha exploración de las funciones mentales superiores debe realizarla un profesional especializado en neuropsicología clínica por medio de una batería neuropsicológica.

Sin embargo, actualmente existen diferentes formas de llevar a cabo una valoración del estado cognitivo de un paciente. Una de estas formas es por medio de un Test Cognitivo Breve o Test de Screening. Se trata de un test de corta duración y uso habitual en entidades públicas. Sirve para detectar signos de deterioro o alteración cognitiva que  debe ser examinada mediante una evaluación más exhaustiva dado que sus resultados no permiten establecer un diagnóstico. Ejemplos: Mini-mental State Examination (MMSE) y Montreal Cognitive Assessment (MOCA).

A diferencia de un Test de Screening, una batería neuropsicológica: evalúa todas las funciones cognitivas de manera exhaustiva, emplea mayor duración tanto para la administración de las pruebas  como para su posterior interpretación  y corrección; permite extraer mayor información; muestra una mayor fiabilidad; permite establecer diagnósticos diferenciales; se ha mostrado eficaz en la detección del DCL; y precisa de un especialista en neuropsicología para su administración, es decir, no puede administrar la prueba cualquier profesional sanitario. A continuación explicaremos algunas de las pruebas neuropsicológicas más empleadas para la evaluación neuropsicológica.

 

Test Barcelona

El Test Barcelona es uno de los principales instrumentos que permiten medir a modo cuantitativo las funciones cognitivas superiores. Mediante esta prueba se miden funciones cognitivas como el lenguaje, la atención, la orientación, las gnosias, las praxias, las funciones ejecutivas, el cálculo y la memoria. Las puntuaciones obtenidas se convierten en percentiles, de manera que permite formar un perfil clínico que ofrece una visualización del funcionamiento de las funciones cognitivas superiores preservadas y deficitarias del paciente. Por otra parte, el sistema de puntaje aborda dos formas. En la primera se emplea un sistema de puntuaciones directas basado en si el ítem es correcto o incorrecto; mientras que el segundo sistema de puntuaciones varía en función del tiempo empleado por el paciente (Ardila & Ostrosky, 2012). Además, se establece un perfil clínico en función de la edad y años de escolaridad.

 

Trail Making Test

El Trail Making Test (TMT en adelante) es un test de lápiz y papel creado por Partington en 1958. Es considerada por varios trabajos e investigaciones como una prueba muy efectiva para discriminar deterioro cognitivo y demencia del resto de la población (Armitage, 1946). En concreto, mide la capacidad para localizar elementos en el espacio y para alternar secuencias, respondiendo a los procesos de localización y ejecución eficiente de los procesos atencionales. Es una de las pruebas más empleadas en la evaluación neuropsicológica.  El Test consta de dos partes:

  • Parte A: una hoja donde se encuentran distribuidos los números del 1 al 25. El sujeto debe unir dichos números con una línea recta en orden de menor a mayor.
  • Parte B: en otra hoja, se presentan números desornados, como en la parte A, pero del 1 al 13; y además letras desde la “A” a la “L”. El sujeto debe unir los estímulos alternando números y letras, en orden ascendente y alfabético. 

 

Test de la Figura Compleja de Rey

El Test de la Figura Compleja de Rey es un instrumento que evalúa la organización perceptual y la memoria visual en sujetos con deterioro cognitivo a través de la reproducción de una figura modelo. Se valoran las capacidades de organización y planificación de estrategias para la resolución de problemas, así como su capacidad visoconstructiva.

Al igual que en el TMT, consta de dos partes. En la primera, se le presenta al sujeto la figura, y se le solicita que la copie a mano y sin límite de tiempo. En la segunda parte, sin previo aviso y sin la presentación del modelo, la persona debe volver a reproducir la figura, para así evaluar su capacidad de memoria visual (no verbal)

 

Token Test

El Token Test es una prueba que permite medir la comprensión del lenguaje. Se utiliza en casos en los que se precisa detectar procesos lingüísticos alterados por afasias. En demencias, es útil para la detección de demencias como la Demencia Semántica.

El test se compone de 20 fichas, que se reparten entre figuras redondas y rectangulares de mayor y menor tamaño y distribuidas en cinco colores: rojo, amarillo, azul, verde y blanco. Para la administración de este test, el observador debe observar y determinar si el paciente es capaz de distinguir entre las instrucciones proporcionadas, como tocar o recoger. Se ha demostrado que la última sesión del test (parte 5) consta de conceptos relacionales que es capaz de identificar a pacientes con afasia (Lezak, 1983). 

 

Torre de Hanoi (Torre de Londres)

La Torre de Hanoi es una prueba que ha sido empleada para medir la capacidad de planificación, de manera que puede observarse cómo se organiza el sujeto para resolver un problema. De esta manera, se examina la capacidad del sujeto para la resolución de problemas complejos, o para el aprendizaje cognitivo de procedimientos. Este test exige al sujeto a formular un plan para llegar a la solución. Este plan debe incluir un objetivo general, que debe desomponerse en objetivos específicos (Díaz et al., 2012).

Para ello, se les presta a los sujetos una figura de madera con tres vástagos (tres finas varas) con la misma longitud. En el de la izquierda se colocan los tres cilindros de madera en tamaños progresivos de mayor a menor (el de abajo es el más grande y el de arriba el más pequeño). Lo que se le pide al sujeto es que esa distribución se coloque en el vástago de la derecha con dos simples normas (Díaz et al., 2012):

  1. Que en ningún caso puede haber un disco de menor tamaño debajo de uno de mayor tamaño.
  2. Que los discos en ningún caso, deben ir fuera de la estructura.

Esta prueba tiene diferentes formas de aplicación, existiendo versiones informatizadas (Díaz et al., 2012). 

Daniel Ramírez Molina

Licenciatura en Psicología

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