El estrés y un Resumen de Síntomas Básicos

Un estadio de estrés importante, por su propia naturaleza de vasta permanencia en el tiempo, incide –ciertamente- en varios aspectos de la esfera psicoafectiva de la persona, en su corporeidad, en su interacción social, en su intimidad familiar y en su operatividad cotidiana general.

Sin embargo, algunas alteraciones suelen presentarse frecuentemente, cualquiera sea el grado o la antigüedad de la situación de estrés que soporta el afectado, aunque ello no significa que todas se manifiesten al mismo tiempo.

Estas son:

  1. Baja calidad del sueño, sea porque sólo logra dormir algunas pocas horas; o sea porque aún reposando más de lo necesario transita por un sueño superficial, de baja intensidad, siempre sujeto a despertarse por cualquier molestia menor (pequeños ruidos vecinales, la respiración de la persona que tiene al lado, etc.)
  2. Cierta tendencia al enojo y al descontrol emocional en situaciones de mínima confrontación con alguien o frente a la falta de resultados esperados que no se dieron. Disminución del sentido del humor y cierta proclividad al pesimismo.
  3. Aumento de algunas incomodidades musculares (habitualmente localizadas certeramente por el propio individuo) que potencian la imposibilidad del descanso óptimo y el buen manejo de sus emociones frente a los conflictos cotidianos.
  4. Intolerancia, ansiedad y rápida respuesta nocivamente defensiva a toda cosa o situación que el afectado considera como un peligro para sí mismo.
  5. Notorio crecimiento de los paradigmas de autojustificación, aún en aquellos casos donde a la persona estresada le cupiera la responsabilidad máxima de sus desdichas.
  6. Incapacidad creciente para diferenciar las situaciones objetivas (las que surgen de la realidad cotidiana, y que en verdad son lo que son); de las subjetivas (donde esa misma realidad es matizada, distorsionada o incluso despreciada, por el dictamen preeminente de los imperativos afectivos de la propia persona).
  7. Cierto desinterés frente a algunos eventos relevantes de carácter familiar, social, económico, político o cultural, relativos al lugar o región donde vive.
  8. Relativización (en el caso de los que viven en pareja) del papel propio implicado en toda relación marital y conyugal.
  9. Inhibición al momento de compartir con el cónyuge, con un familiar o con un interlocutor válido, sus últimos hechos, anécdotas, sentimientos, hipótesis, análisis o proyectos.
  10. Desgana generalizada y sensación de cansancio. La persona siente que para hacer la misma cosa cada vez debe poner mayor esfuerzo.

 

De este relevamiento de síntomas habituales básicos (sin perjuicio de los varios más que aparecen en cada caso particular), se podrán articular las primeras indicaciones prácticas para atenuar el daño provocado por estrés.

WALTER EDGARDO ECKART

Estudios de Teología y Filosofía. Escritor. Facilitador para el Control del Estrés

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