Romanización de la Península Ibérica: Administración Provincial I

Los romanos, desde la conquista de Hispania, van a realizar diversas divisiones territoriales en la Península, generalmente atendiendo a razones político-administrativas y fiscales.

 

La República (197 a.C.-28 a.C.):

Hispania se va a dividir en 2 provincias; de un lado Hispania Citerior (con capital en Tarraco), y de otro, Hispania Ulterior (con capital en Corduba). Esta división se deberá principalmente a criterios de tipo militar, pues había territorios en los que todavía se producían escarceos por parte de sus habitantes, que no aceptaban la dominación romana. Estas provincias van a estar bajo el gobierno de un pretor con la finalidad de asentar el nuevo sistema administrativo que se estaba imponiendo.

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Alto Imperio (28 a.C.-finales del siglo III d.C.):

En este momento se va a dividir la Península en tres provincias: Tarraconense (en un principio llamada Hispania Citerior, con capital en Tarraco), Betica (capital en Corduba) y Lusitania (capital en Emerita Augusta).

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Augusto fue quien ideó esta división, diferenciándolas también entre las que estaban plenamente pacificadas y las que todavía necesitaban presencia militar. Las pacificadas fueron denominadas "senatoriales", y solo era la Betica; las no pacificadas por completo se llamaron "militares" (obviamente), entre las que estaban la Tarraconense y la Lusitania.

Las provincias se dividirán en "conventus", algo parecido a nuestras actuales provincias.

En el siguiente mapa puedes ver la división en conventos de la Hispania del Alto Imperio:

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Fuente: www.geografiainfinita.com

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