Tratamientos de las lesiones de la piel

Las ulceras pueden ser causa de dolor, infecciones y aumento de la inmovilidad. Suelen prolongar las estancias hospitalarias y en muchos casos conducir a la muerte. Se pueden conocer también con el nombre de llagas, escaras y heridas de carne.

La inmovilidad es el principal factor de riesgo y cualquier patología que la provoque puede predisponer a la aparición de las mismas por presión (trombosis, fracturas, demencias avanzadas…)

Existen otros factores de riesgo como las deficiencias en el estado nutricional, las alteraciones circulatorias, la disminución del nivel de conciencia, la incontinencia de esfínteres, la edad…

Las principales causas por las que suelen aparecer ulceras son:

  • Presión: suele ser la más importante. La oclusión de los vasos sanguíneos y linfáticos produce la disminución del riego sanguíneo y finalmente la muerte de los tejidos. Presiones leves durante mucho tiempo son más dañinas que presiones fuertes en periodos cortos.
  • Fricción: la fricción repetida sobre prominencias óseas puede producir desgarros.
  • Cizallamiento: se produce cuando se deslizan dos superficies adyacentes con el consiguiente estiramiento y angulación de los vasos sanguíneos, favoreciendo la isquemia (estrés celular).
  • Humedad: incrementa el grado de fricción entre las superficies y produce maceración de la piel. La causa más importante de humedad suele ser incontinencia, secado incorrecto tras el aseo, etc…

 

Clasificación de las ulceras (UPP)

De grado 1: afecta solo a la epidermis. Existe eritema (rojez, inflamación) y dolor. La integridad cutánea no se ve afectada y es el primer signo de alarma que aparece previo a la aparición de la ulcera.

De grado 2: pérdida parcial de la dermis o la epidermis. Aparecen erosiones o ampollas.

De grado 3: pérdida de todas las capas de la piel, con afectación del tejido subcutáneo. Se presenta como una escara parduzca y adherida con presencia de exudado.

De grado 4: la afectación puede afectar al músculo, hueso o articulaciones. Abundante exudado y tejido necrótico.

ulc.

 

 

Medidas preventivas

En pacientes encamados es recomendable hacer cambios posturales cada 2-3 horas siguiendo una rotación determinada, y en pacientes sentados cada 1 o 2.

Al hacerlos debemos evitar arrastrar al sujeto sobre la cama y simplemente levantarlo separándolo de la superficie de apoyo. Se intentará mantener el cuerpo alineado distribuyendo de manera uniforme el peso.

Es aconsejable utilizar superficies de alivio de presión, las cuales pueden ser estáticas o dinámicas. Las segundas utilizan unas celdillas de aire que se inflan y se desinflan alternativamente cada 5 minutos, con esto se consigue una presión alternante. En ningún caso sustituirán a los cambios posturales.

Debemos examinar el estado de la piel a diario y mantenerla en todo momento limpia y seca. Utilizaremos un jabón neutro y la secaremos sin fricción. No la rociaremos con ningún tipo de alcohol y aplicaremos crema hidratante.

La ropa de cama deberá estar limpia, con las sabanas estiradas y sin arrugas y no se masajeará la zona de piel sobre prominencias óseas.

Las medidas curativas tienden a la curación espontánea, por tanto el principal objetivo será únicamente proporcionar las mejores condiciones posibles para favorecer el proceso fisiológico de curación.

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