Determinación de los objetivos II

Es por esto deseable un alto nivel de concreción en la redacción del plan de enseñanza y su plasmación en un documento escrito que sirva de instrumento de comunicación, de vía de diálogo e información. Los objetivos educativos que se establecen han de cumplir una serie de normas comunes:

A) Hacer referencia a un comportamiento del estudiante de forma explícita o implícita.

B) En todos los casos se observa una asincronía entre la formulación y su logro, como consecuencia del carácter hipotético de su consecución. Se trata así de una previsión razonable de cotas, de una anticipación deseable de resultados.

C) Son susceptibles, en distinto grado, de comprobación externa. Los comportamientos enunciados suponen la posibilidad de una observación por parte de una persona ajena al que ha de conseguir tales resultados.


La formulación de objetivos precisos facilita el control y la evaluación de los resultados, permitiendo comprobar el nivel alcanzado. Como manifiestan muy acertadamente Buckley R. y Caple J. (1990, pág. 101): El propósito al marcarse objetivos en formación, es establecer desde un principio las expectativas de los formados sobre su preparación al finalizar el programa (o al final de cada etapa formativa), sobre las condiciones en que tendrán que demostrar lo aprendido y los niveles que han de alcanzar para ser competentes. Unos objetivos redactados con toda claridad sirven como medio para evaluar y dar validez a la formación, para ayudar al formador a elegir el método y los contenidos del programa, y para proponer metas
precisas a los formandos.

Una adecuada selección de objetivos y una precisa aunque flexible planificación, es requisito para una buena evaluación no improvisada o por sorpresa. Los objetivos van a ser la base de cualquier prueba de evaluación, de forma que el profesor y los alumnos han de tener muy claros los objetivos de la asignatura. Los alumnos tienen derecho a recibir información con tiempo y precisión, sobre qué y cómo se les va a avaluar, y por tanto, a tener definidos con antelación objetivos, contenidos y normas de evaluación.

Un tema de especial importancia para los alumnos y por el que suelen preguntar el primer día de clase es la evaluación de la asignatura. El profesor debe planificar cuanto antes y tener bien informados a sus alumnos de lo criterios, técnicas y detalles de cómo se va a desarrollar la evaluación de la asignatura.

Para poder evaluar se hace preciso efectuar un diseño previo de lo que se pretende alcanzar. Según Rodríguez Dieguez (1986, pág. 39): Este diseño ha de ser realizado a través de unas especificaciones, de unas características que se han de conseguir en el producto final, después de efectuar íntegramente el proceso de enseñanza.

Contenidos que te pueden interesar
Este sitio usa cookies para personalizar el contenido y los anuncios, ofrecer funciones de redes sociales y analizar el tráfico. Ninguna cookie será instalada a menos que se desplace exprésamente más de 400px. Leer nuestra Política de Privacidad y Política de Cookies. Las acepto | No quiero aprender cursos gratis. Sácame