¿Por qué son importantes las CEP?

Permiten desarrollar las Competencias Emprendedoras Personales. Al descubrir, manejar y relacionar las Características Emprendedoras Personales –CEP’s-, tenemos la posibilidad de aprender a conocernos bien, modificar actitudes y comportamientos, y luego... emprender un proyecto personal económico o profesional, introduciéndonos a la vida empresarial con Visión Emprendedora, desarrollando un trabajo con eficacia y eficiencia.

 

La persona emprendedora concentra la energía de las características personales CPE, y las traslada a un plano más amplio que se constituye en las Competencias Emprendedoras, las cuales son acciones concretas que provocan una actitud de libertad, cambio y reto.

 

Idealmente la persona emprendedora, es quien en forma paulatina va adquiriendo un cierto nivel de responsabilidad, que la hace cada vez más acertada en su respuestas a las circunstancias que se le presentan, desarrolla la capacidad de transformar las estrategias en acciones, es decir “actuar” y “hacer”.

 

Para dar respuestas de manera más responsable a ese “actuar” y “hacer”, aplica el Triángulo de la Responsabilidad, éste vincula a la persona, el proyecto y la situación (pensar, sentir y hacer) mostrando el equilibrio que es necesario lograr en todo accionar profesional y/o empresarial.

 

Responsabilidad se entiende como la capacidad de la persona de responder ante las diferentes situaciones que se puedan presentar, de forma proactiva. Es por ello que se considera necesario actuar de manera consciente y sentida, de lo contrario, nos e hacen las cosas responsablemente.

 

Desde la niñez mostramos determinados Rasgos de Comportamiento: el niño preguntón, la niña curiosa, el ordenado, la comunicativa, el “aventado”, el insistente, la segura, etc. Conforme crecemos estos rasgos actitudinales se fortalecen o se debilitan, dependiendo de cómo los aprovechamos en las actividades que realizamos.

 

Si tomamos conciencia de que nos son útiles, usualmente comenzamos a aplicarlas de manera sistemática y nos hacemos “buenos” o “buenas” en eso, lo cual es reconocido ya no solo por nosotros, sino por las demás personas. Esto las convierte en una característica personal. El hecho de que nos ayuden a enfrentar diferentes situaciones les dan la categoría de Características Emprendedoras.

 

Todas las personas, sin excepción, tenemos un potencial emprendedor dentro de nosotros, la limitante es que no siempre, sobretodo cuando jóvenes, estamos conscientes que nos pueden ser útiles y, mucho menos, que tan débiles o fuertes las tenemos.

 

La gran oportunidad para que este potencial despierte es cuando algo nos interesa y se convierte en un objetivo importante para nosotros. Si aun así no despierta, se presenta el caso de personas que llegan adultas sin alcanzar un nivel de efectividad que les permita concretar sus objetivos, quedándose éstos a nivel de sueños.

 

Si aprovechamos en forma decidida nuestras características emprendedoras y las fortalecemos cotidianamente, estas evolucionan a lo que se da por llamar Capacidades Emprendedoras y podemos utilizarlas siempre que las necesitamos. Por medio de esta práctica continua llegamos al punto de aplicarlas inconscientemente en todo lo que hacemos.

 

Diagrama 1: Desarrollo de Competencias Emprendedoras(Conamype).

 

Desarrollo de Competencias Emprendedoras

 

En los estudios contemporáneos sobre emprendedurismo, un concepto se repite: el emprendedurismo es interdisciplinario (Herron, Sapienza y Smith Cook, 1992). Como tal, contiene varias aproximaciones que pueden aumentar la comprensión del campo de estudio.

 

Littunen (2000), explica que en los estudios relacionados con el emprendedurismo es posible distinguir entre dos escuelas del pensamiento: (a) una basada en el modelo de rasgos y (b) la otra en el pensamiento de contingencia. En los estudios que se ha utilizado el modelo de rasgos, la pregunta básica es ¿porqué ciertos individuos comienzan las empresas y obtienen el éxito como empresarios? En estos estudios los rasgos de la personalidad del empresario exitoso no se observan en el contexto de la situación que prevalece.

 

Después, los modelos basados en lo contingente plantean que las características de la personalidad son formadas por la interacción entre el individuo y ambiente. En esta situación de interacción durante la vida, las experiencias y los cambios en la vida del individuo desempeñan un papel central. Así, la acción de convertirse en empresario puede llevar a un cambio de vida bastante profundo, como para tener un efecto sobre sus características de personalidad.

 

Johnson (1990) presenta un enfoque más completo, el llamado acercamiento multidimensional del emprendedor. Explica Johnson (1990) que ´ésta es una aproximación más detallada del proceso emprendedor, ya que lo estudia desde una estructura más compleja, multidimensional, con énfasis en el individuo, el ambiente, la organización, y el proceso emprendedor.

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