La expresión corporal

El cuerpo funciona como instrumento de expresión y comunicación humana. Muchas de las formas de comportamiento o expresión corporal que realizamos son independientes de nuestra voluntad, sin embargo, esto no significa que no constituyan un vehículo de comunicación con los demás. Por ello, debemos controlar nuestro cuerpo al igual que controlamos y cuidamos el discurso oral y escrito.

El cuerpo como expresión

 

Dentro de la expresión corporal podemos destacar los siguientes comportamientos o elementos de la expresión del cuerpo.

La postura: constituye la principal expresión corporal que debemos trabajar.

Estar de pie: es quizás la postura que mayor temor suscita.

  • Es fundamental situarse a la misma o mayor altura que el público u oyente, nunca situarnos a un nivel más bajo que el mismo, ya que esto puede hacernos sentir inferiores.
  • Debemos situarnos firmes y erguidos, esta rectitud permitirá además que respiremos mejor, dando lugar a una correcta dicción de la oratoria y con ello tranquilidad y confianza ante el público.
  • Del mismo modo, el orador debe mostrar vida, y la vida reside en el movimiento, de manera que no debemos situarnos con excesiva rigidez en el escenario, ser naturales.
  • No dar la espalda al público es fundamental, así como desplazarse levemente y no con excesiva velocidad por el escenario o sala.

Estar sentado:

  • Cómodo, no apoyarse en exceso sobre la mesa pareciendo estar cansados o abatidos, ni hundirnos en exceso en ella.
  • No esconder los brazos bajo la mesa, mantenerlos apoyados en ella.
  • Evitar temblores o movimientos de las piernas y pies, y más si son visibles al público, ya que esto puede hacer que pierdan la atención del discurso.
  • Evitar brazos o pies cruzados, y nunca manos cerradas o apretadas.

 

Ruidos corporales.

  • Evitar aclarar la voz en exceso. En caso de necesitar aclarar la garganta, disculparse brevemente y de forma natural ante el público y beber agua antes de continuar.
  • Situar el micrófono (tanto de mano como fijo) a una distancia y volumen con el que se nos escuche adecuadamente pero no en exceso, evitando con ello que se escuche la sequedad bucal o el exceso de salivación del momento.

 

Distancias zonales o territoriales.

El espacio en el que desarrollamos la locución también denota un significado en la comunicación. Dependiendo de la distancia establecida entre el emisor y el receptor podemos hablar de 3 zonas:

  • Zona íntima (15-45 cm): delimitada para personas de confianza, pertenecientes a nuestro círculo cercano.
  • Zona personal (46-122 cm): compañeros de trabajo o reuniones.
  • Zona social (123 cm-4 metros): desconocidos.

 

Indumentaria.

A simple vista puede resultar algo no muy importante, sin embargo independientemente de los gustos de vestimenta de cada persona, es fundamental cumplir un protocolo de indumentaria adecuado, entre las que se incluyen las siguientes nociones:

  • Acudir especialmente aseados y pulcros.
  • Ropa cómoda, ya que nos hará sentirnos más cómodos y seguros, pero adecuada a la ocasión (elegante o que denote profesionalidad o seriedad).
  • No acudir recargado o sobrecargado de complementos.
  • Un peinado que no implique retirarnos constantemente el cabello.
  • Usar un calzado seguro y cómodo con el que podamos caminar cómodamente por el escenario o sala de exposición.

María Bengoa Puente

Periodista freelance- Redactora- Locutora- Community Manager y Social Media Manager

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