La Gestión del Circulante

La administración del circulante empresarial supone planificar, fijar y controlar los niveles más adecuados de activo y pasivo corrientes, analizando para ellos la incidencia de estas acciones y decisiones empresariales en los flujos monetarios de entrada y salida a corto plazo.

 

La finalidad es asegurar una combinación apropiada de rentabilidad, costes, liquidez y solvencia a corto plazo.

 

  1. La gestión de las existencias o inventarios:

Las existencias, inventarios o stocks son bienes que adquiere la empresa, que están en proceso de elaboración o terminados, que pueden ser vendidos o transformados y con capacidad de ser almacenados.

 

Los tipos más comunes de existencias son los formados por materias primas, productos en curso de fabricación, productos terminados y mercaderías.

 

El mantenimiento de las existencias hace que se impida la interrupción del proceso productivo y del proceso de ventas, que se optimicen los costes asociados a las existencias y que se realicen inversiones especulativas.

 

Existen técnicas de gestión de stocks: las clásicas, y las modernas como JIT (Just In Time o Justo a Tiempo) y MRP (Material Requirements Planning o Planificación de Necesidades de Materiales).

 

Estos procesos establecen el nivel adecuado de inventarios para cada tipo de proceso productivo, empresa o sector y, a la vez, pretenden un ajuste a la tendencia actual de reducción de existencias.

 

  1. La gestión de las cuentas por cobrar:

Las cuentas por cobrar son los derechos de cobro sobre terceros, que proceden del crédito que la empresa concede por las ventas de productos o servicios realzadas.

 

La empresa necesita realizar una inversión permanente en créditos para mantener la competitividad en el mercado y mejorar sus ventas, al mismo tiempo esta inversión le proporciona una rentabilidad adecuada.

 

Determinar el nivel de inversión necesario de esta partida de activo corriente requiere plantearse una política de gestión de crédito que considere estos factores:

  • Condiciones de crédito: el plazo de tiempo para realizar el pago, la cantidad máxima que será financiada, la posibilidad de pagar de manera anticipada mediante descuentos por pronto pago, y los instrumentos de pago a utilizar.
  • Análisis de crédito al cliente: para facilitarle el crédito al cliente la empresa tienen que evaluar su capacidad para hacer frente a alas condiciones de crédito. Para ello, la empresa tiene que reunir información sobre el futuro deudor y luego analizarla y avaluarla para poder emitir un juicio acerca de la concesión o no del crédito.
  • Política de cobro: una vez que se conceda el crédito al cliente y llegue a su vencimiento, la empresa debe organizar los procedimientos adecuados para que el cobro se realice de manera efectiva y rápida.
  • Control de las cuentas por cobrar: debe hacerse un seguimiento continuo de los créditos vencidos y no cobrados. Si no se produce el cobro por motivos ajenos a la empresa hay que identificar los motivos y buscar soluciones.

 

La política óptima de las cuentas por cobrar establece un equilibrio entre ingresos, costes y riesgos asumidos.

 

  1. La gestión de las cuentas por pagar:

Las cuentas por pagar son obligaciones de pago que proceden de la financiación concedida por proveedores y acreedores de la empresa.

 

Hay que destacar los créditos que proceden de las compras de bienes y servicios ofrecidos por proveedores y acreedores a corto plazo, las deudas contraídas con la Administración Pública y otros organismos (Hacienda, Seguridad Social, Ayuntamientos, etc.) y las remuneraciones a trabajadores.

 

Las cuentas de proveedores y otros acreedores de corto plazo necesitan un acuerdo contractual inicial para su concesión y carecen de coste explícito. Por esto, en la práctica los plazos y cantidades de pago pueden ser más o menos flexibles y un retraso en los conocimientos del crédito comercial no supone un coste financieros para la empresa deudora.

 

Pero si los proveedores ofrecen descuentos por pronto pago y la empresa deudora puede financiar sus operaciones con créditos bancarios, hay que comparar el coste efectivo de la financiación bancaria con la rentabilidad obtenida por utilizar estos descuentos.

 

La política de proveedores y acreedores a corto consiste en seleccionar la mejor combinación de precios, descuentos por pronto pago, plazo de entrega y pago, etc.

 

  1. La gestión de efectivo:

Las razones que justifican el mantenimiento de efectivo son:

  • Transacciones que originan cobros y pagos de la actividad atípica de la empresa. El responsable financiero tiene que conocer los distintos flujos monetarios que se producen en cada momento en la empresa.
  • Compensar los servicios prestados por las entidades financieras. Conviene mantener un saldo mínimo de efectivo que permita la utilización de los servicios que presta la entidad financiera cuando sean necesarios.
  • Beneficiarse de las oportunidades puntuales que ofrece el mercado, como ofertas de productos de inversión a muy corto plazo y descuentos comerciales por pronto pago.
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