La Gerencia Social eficiente

Gerencia social eficiente tiene que ver con optimizar el rendimiento de los esfuerzos del Estado y los actores sociales en el enfrentamiento del gran déficit social de la región, y el mejoramiento del funcionamiento y resultados de la inversión en capital humano y capital social.

 

Practicarla requiere ante todo pasar del enfoque prescriptivo usual en gerencia, a un enfoque esencialmente "heurístico". Esta no es un área donde los problemas se pueden solucionar recurriendo a "recetas" disponibles, o a manuales, que prescriben qué se debe hacer.

 

Es un terreno denso, surcado de complejidades, donde se debe hacer "un trabajo heurístico" explorar la realidad, prestar máxima atención a sus particularidades, tener muy en cuenta las experiencias comparadas, construir conocimiento a través del ensayo y error, reajustar continuamente los marcos de referencia en función de los hechos.

 

Marcando el carácter muy particular del campo, resalta Dennis Rondinelli luego de analizar una amplio número de proyectos de desarrollo movilizados por agencias internacionales que tuvieron limitados resultados, que uno de los factores actuantes fue que "respectivamente de la planificación del proyecto o de la forma en que se efectuó el análisis técnico raras veces se hace la observación de que los problemas encontrados eran impredecibles" El La impredecibilidad a que alude, indica los niveles de complejidad que pueden esperarse en la gestión de programas sociales de amplio alcance.

¿Cuáles son algunas de las singularidades de la gerencia de programas sociales que determinan una agenda particular de problemas de gestión, que exige a su vez respuestas adecuadas a la misma?

 

La experiencia en la ejecución de programas de amplio alcance en campos como educación, salud, desarrollo rural, mejoramiento urbano, empleo, agua, etc., indica que tienden a presentar entre otras las siguientes características:

Los objetivos de los programas están destinados con frecuencia a cumplirse en el mediano y largo plazo. Se trata de metas múltiples, y en diversos casos de carácter heterogéneo. Por otra parte, hay meta-objetivos que van más allá de los objetivos fijados. Se espera actualmente que los programas contribuyan a crear condiciones de "autosostenimiento", en donde la comunidad asistida experimente en el proceso un crecimiento significativo de sus propias capacidades de manera continua.

 

Este meta-objetivo condiciona y enmarca las metas usuales. En la realidad suelen darse programas que cumplen los objetivos operativos trazados, pero que después de un período de haber finalizado la cooperación prestada, fracasan finalmente, porque no ha habido un aporte real a su autosustentabilidad.

 

Las variables contextuales que pueden incidir sobre el funcionamiento efectivo de los programas sociales comprenden un espectro muy amplio de naturaleza variada. Normalmente en los estudios de prefactibilidad y en la elaboración de diseños se presta especial atención a los factores económicos y financieros. Sin embargo, hay otros aspectos que van a decidir fuertemente la marcha de los programas que debieran considerarse y someterse a exploraciones detenidas.

 

Tales como, el medio ambiente político en el que les va a corresponder actuar, el perfil demográfico de la población a asistir, los patrones culturales prevalecientes y su posible compatibilidad o incompatibilidad con las propuestas de acción que el programa entraña, la historia particular de la comunidad asistida, sus experiencias anteriores en esta materia, y las capacidades de articulación y organización comunitaria preexistentes.

 

En la ejecución efectiva de programas sociales de amplitud, intervienen múltiples actores. Puede haber varias organizaciones Ministeriales del Gobierno Central, regiones, municipios, organizaciones, organizaciones no gubernamentales, sectores de la sociedad civil, las comunidades asistidas. Los programas sociales son por naturaleza implícita o explícitamente interorganizacionales.

 

Hay interdependencias básicas entre los actores participantes. Si las interdependencias subyacentes se movilizan positivamente el programa avanzará hacia sus metas. Si se convierten en "enfrentamientos jurisdiccionales" o "pugnas interburocráticas" el programa tendrá serias dificultades. Se trata de ver entonces cómo se gestionan "conjuntos de organizaciones", y sus interacciones.

 

El proceso real de operación de estos actores múltiples, en contextos donde inciden numerosas variables de diferente extracción suele ser complejo y fluctuante.

 

Con frecuencia no es transparente, tras la superficie se están desarrollando diversas "disputas subterráneas" y "arreglos organizacionales".

 

Los gerentes sociales tienen en esos marcos que alcanzar las metas organizacionales, en medio de presiones diversas de diferente índole. Gestionan en el marco de un "campo de fuerzas". Un estudio típico sobre la situación real de "gerentes sociales en operaciones" relativo a un programa público de subsistencias rurales en México describe de este modo los hechos: "El implementador es el foco de demandas y expectativas frecuentemente conflictivas de este conjunto de actores.

 

Dentro de su propia organización está obligado a satisfacer las expectativas amplias y de largo plazo de sus superiores y subordinados. Los jefes de nivel nacional o regional por ejemplo hacen generalmente dos clases de demandas al implementador. Por una parte esperan que use los recursos puestos a su disposición para alcanzar las metas y objetivos de los programas que han sido diseñados. Al mismo tiempo esperan igualmente que el implementador mantenga una jurisdicción relativamente libre de conflictos abiertos en las áreas afectadas por la organización.

 

Estas dos expectativas pueden proveer pautas-guías divergentes acerca de cómo asignar mejor los recursos públicos. Fuera del contexto organizacional, el implementador es el foco de una variedad de demandas especificas de grupos o individuos"

 

Alcanzar efectividad y metas de auto sustentación en programas sociales, requiere de acuerdo a las evidencias disponibles, crear espacios favorables a la participación activa de la comunidad asistida. La necesidad de promover la participación aparece como una exigencia organizacional básica.

 

¿Cómo se trabaja en este campo? ¿Qué se puede aprender de las dificultades que se han encontrado en el camino hacia la movilización del potencial latente en la participación? ¿Cómo se favorece la articulación de la comunidad para participar? ¿En qué instrumentos técnicos puede apoyarse una gestión facilitadora de la participación?

 

El monitoreo y la evaluación en la ejecución de programas sociales requieren un abordaje técnico particular, que permita que aporten elementos consistentes, y al mismo tiempo actúen como una herramienta de alta gerencia, y no como una simple "rendición ex-post". Medir grado de cumplimiento de impactos y resultados en este campo, necesita de metodologías adecuadas que junto a las dimensiones cuantitativas, den cuenta aspectos cualitativos.

 

Al mismo tiempo los sistemas de medición deben estar funcionando en "tiempo real", para que sus productos puedan ser incorporados a la toma de decisiones gerencial. Esa incorporación debe asegurarse organizacionalmente, estableciendo mecanismos apropiados de procesamiento y análisis de los productos del monitoreo y la evaluación.

 

Los programas sociales deben dar cuenta permanente sobre la marcha y resultados de su gestión. La "transparencia" debe ser "activa" y debe garantizar la escrupulosidad de la operación. ¿Qué tipo de procesos y controles pueden cumplir estos objetivos?

 

Como sugería Rondinelli, la operación simultánea de todas estas variables, da lugar a programas, que con frecuencia, presentan escenarios no solamente ajenos a los planificados, sino difíciles de prever de antemano. Los programas se ejecutan con frecuencia en medio de condiciones de "turbulencia" Cambian sobre la marcha, datos claves bajo la presión de variables externas y modificaciones en la misma comunidad.

 

Ello plantea requerimientos muy importantes en términos de capacidad de respuesta y flexibilidad. ¿Se necesita un estilo gerencial acorde a ellos? ¿Cómo puede configurarse?

 

Gerencia Social "singularidades" como entre organizacional "tubular", sino significa en la práctica cotidiana enfrentar otras, las enunciadas. No es una operación de índole diferente, mucho más fluida, y de composición interorganizacional.

 

¿Qué enseña la experiencia comparada? ¿Cómo han logrado efectividad los programas sociales exitosos? A continuación se indaga ese terreno.

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