Comunica tu marca personal: la misión

Una muy buena manera de empezar a visualizar cómo comunicar la marca personal o de pensar en estrategias para afianzar el personal branding, es empezar haciendo una declaración de misión. Y si no pensamos en plan superhéroes mucho mejor.

Imaginemos a un equipo de personas en una empresa: cada cual tiene una misión fundamental: ¿cuál sería la nuestra? ¿qué es lo que hace que tengamos que estar ahí? ¡Que no nos asalten los complejos! Es muy común en esta fase empezar a mirar de reojo el trabajo de las otras personas y considerar que son más indispensables que el resto. Eso no es así: hay algo, seguro, que hace que te necesiten.

En esta fase se hace necesario abrir mucho el espectro porque podemos encontrar que existen actitudes nuestras que, si bien podrían no tener ninguna relación a priori con lo profesional, son igual de valiosas dentro del ámbito laboral.

Por ejemplo, imaginad que no encuentro ninguna razón en mis funciones profesionales que no pueda hacer otra persona. Sin embargo, por otro lado soy la persona que organiza cuando el pánico cunde en la empresa, la que consigue ordenar y redistribuir las fuerzas en los momentos de sprint, cuando acabar y entregar un proyecto a tiempo parece imposible. Pues bien… es evidente que esa es mi principal misión y cualidad. Eso es lo que me convierte en la superheroína o superhéroe de mi empresa.

El saber verme desde todos los prismas y dejar de separar lo profesional de lo personal me ayudará a matizar con mayor fuerza mi misión. A menudo, el descubrimiento profesional va de la mano del hallazgo de una serie de fortalezas personales que no tenemos que dejar aparcada en el camino.

 

¿Cuál puede ser la redacción de la misión de Alberto?

“Alberto es el mejor en la resolución de problemas y lidera a la perfección las últimas fases de los proyectos cuando el equipo anda más perdido. Asimismo, nadie le supera en velocidad y calidad a la hora de programar”.

¿Quién prescindiría de Alberto? Desde luego nuestro equipo no. Todas estas cualidades, por supuesto, deben ser consecuencia del análisis real de lo que hacemos, no de una invención. No se trata de engañar a nadie, se trata de encontrar y saber al dedillo qué aportamos. Un gran ejercicio de retrospectiva laboral que nos ayudará a encontrar nuestra idiosincrasia.

 

Javier Leal Madueño

Técnico Superior en Desarrollo de Aplicaciones Informáticas

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