Empatía

La empatía es la habilidad para entender los sentimientos, actitudes y comportamientos de los demás y comprender qué circunstancias les afectan en determinadas situaciones. Esto nos permite tener vínculos más fuertes con los demás.

Todos tenemos nuestra propia visión de las cosas y, a veces, interpretamos las actuaciones de los demás desde nuestro punto de vista sin pararnos a pensar qué es lo que motiva a alguien a actuar de esa forma, sacamos conclusiones de forma precipitada y poco objetiva. Aquí tiene importancia la empatía, que supone pensar en los demás, prestar más atención a los detalles que aparentemente no tienen importancia pero puede ser importantes para una persona. Conforme se va conociendo más a alguien será más fácil identificar sus estados de ánimo y entender por qué están así y por qué reaccionan así antes determinadas situaciones.

En el ámbito personal, la empatía influye positivamente en cualquier tipo de relación favoreciendo el respeto, la sensibilidad, el compromiso y el afecto entre las personas. en el ámbito profesional, ocurre lo mismo, también favorece el respeto, el clima laboral, la motivación y el rendimiento en el trabajo. Y es muy importante para las personas que tienen el rol de líder o que trabajan en equipo.

Para entender a los demás no solo basta con fijarnos en lo que dicen, también tenemos que fijarnos en el lenguaje corporal. El cuerpo, la postura, la mirada, los gestos, etc, transmiten mucho más que las palabras.

Pero tener empatía no significa que estemos de acuerdo siempre con la otra persona en todo lo que hace y lo que dice, sino entenderlos y respetarlos sin juzgarlos, aunque no estemos de acuerdo con sus actuaciones.

 

¿Cómo conseguir ser empático? Para mostrarnos empáticos debemos seguir una serie de reglas como:

  • Intentar entender el por qué los demás actúan así.
  • Ser objetivo y neutro, sin prejuicios.
  • Mirar a los ojos cuando hablas con alguien y sonreír.
  • Escuchar de forma activa y mostrar interés.
  • Prestar atención al lenguaje corporal para identificar sus sentimientos.
  • Asegurarse de que entiendes bien lo que la otra persona te cuenta, haciéndole preguntas abiertas por ejemplo.
  • Hacer ver a la otra persona que la entiendes.
  • No adelantarte a dar consejos antes de que los demás te lo pidan.
  • Dar tu opinión de forma constructiva y sin hacer daño a los demás.
  • Transmitir positividad a la otra persona, terminar la conversación de forma positiva.

Gema Bienvenido Hermida

Máster en dirección de recursos humanos y Licenciada en administración y dirección de empresas

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