Vive la Vida con Pasión

Cuando te sientes atraído/a por una persona, la cual es del sexo opuesto y el sistema nervioso se llena de un enjambre de pequeños temblores, y sientes que disfrutas cada momento junto a ella, piensas en ella a cada segundo, y siempre tienes ganas de verla; solo se me ocurre pensar que estas enamorado o enamorada. Dentro de algunos días imagino que él, le dirá cuanto la quiere y ella supondrá, que si le corresponde tan pronto, el pensará que es fácil. Después de algunos meses la relación de noviazgo se da por inaugurada y empiezan una historia apasionante durante un largo tiempo; en esta etapa, él es amable y ella comprensiva, él nunca llega tarde y ella siempre quiere verlo; para él la razón de su existir es ella, para ella no hay mejor hombre que él; y así se pasan la vida queriéndose, amándose uno al otro, hasta que después de todo, deciden unir sus vidas en matrimonio y estar mas juntos que nunca. Y el día esperado llega, alguien pronuncia las palabras mas difíciles de cumplir, que yo haya escuchado: “…los declaro marido y mujer, hasta que la muerte los separe.” Y todo es felicidad; y empieza la fiesta; y los novios felices; y los amigos contentos; y los primeros dos meses de casados, serán los días más felices de aquella pareja de enamorados.

Después de seis meses, empiezan a notar las diferencias, él ya no lleva chocolates, ni flores como solía hacerlo cuando eran novios, ella ya no lo espera como antes y a veces no quiere verlo, él olvida las fechas importantes, mientras ella se olvida de servir la cena, él usa el mejor perfume para ir a su trabajo, mientras ella olvida su apariencia y ya ni siquiera usa labial. Cuando ha transcurrido ya un año y medio de estar juntos, nace su primer hijo; y las peleas siguen; y los problemas siguen.

Con la llegada de su segundo hijo, después de tres años de peleas y malos tratos, deciden separarse; él emprenderá su camino acompañado de la soledad y ella comenzará a luchar por dos pequeños que nunca tuvieron la culpa de nada; él talvez no vuelva a verla; ella no quiere saber nada del amor; mientras que sus hijos no tendrán a nadie a quién llamar papá. -No cabe duda, aquí hizo falta la pasión-.

Probablemente tú vivirás esta situación, talvez ya la estés viviendo o quizá ya la viviste, independientemente de lo anterior, nada de lo que esta escrito en esta historia con personajes tácitos es ajeno a nuestros días, miles de millones de personas la conocen, y así como en las parejas se necesita de estar apasionado; así nosotros en nuestras vidas necesitamos vivir la vida con pasión, dando lo mejor de cada uno, sin pensar que mañana estaremos aquí.

La pasión por la vida es el hecho de dar importancia, a todo lo que hacemos, es el hecho de reír, cuando sea necesario y llorar cuando haya que hacerlo. “No esperemos que salga el sol para salir de nuestra casa, los días nublados también pueden ser buenos” W.R. y no puedo dejar de expresar que en las parejas lo que mantiene viva la llama del amor es la pasión; y si en el matrimonio se concretiza el amor que sentimos por una persona; estamos obligados a cultivar la pasión; no perdiendo los detalles, haciendo cosas juntos, y recordando siempre que: “vivir la vida sin pasión, es como creer que la luna es de queso.” W.R.

Si William Shekespeare, no hubiese estado apasionado, no existirían “Romeo y Julieta”, mucho menos el “Sueño de una noche de verano”; si Beethoven, no le hubiera apasionado la que hacía a los 46 años, después de perder progresivamente la audición, se hubiese retirado de la música y vivir tranquilo, pero no fue así; completamente sordo, terminó su obra mas importante, incluidas tres sinfonías en los últimos seis años; si Agnes Gonxha Bojaxhiu (madre Teresa de Calcuta), no se hubiese apasionado por servir a sus semejantes, ahora le faltaría al mundo un gran ejemplo de bondad y amor al prójimo. Como se pueden dar cuenta, la pasión es necesaria en nuestra vida, hagamos valer lo que hacemos.

Un profesor me dijo una vez que yo nunca lograría ser profesional, debido a que mi carácter era demasiado impulsivo, que debía aprender a luchar por mí, sin importar qué pudiera pasar con los demás. Ahora me doy cuenta que mi profesor estaba equivocado; me he apasionado por ser alguien y siempre utilizaré mi carácter impulsivo para defender las causas que son justas. Finalmente creo que debemos entender que: “los seres humanos que no incluyan en la receta del éxito, el ingrediente de la pasión, nunca alcanzarán sus ideales” W.R.