El consumo eléctrico. Iluminación eficiente

El consumo eléctrico de nuestro negocio depende fundamentalmente de los siguientes elementos:

1. Iluminación.
2. Aislamientos.
3. Equipos eléctricos.

Primeramente nos vamos a centrar en la iluminación porque el resto de elementos de la lista merecen un tratamiento separado y los veremos con detalle más adelante. Además la iluminación puede ser el consumo eléctrico más importante de una empresa, por ejemplo, para un hotel urbano puede llegar a suponer hasta el 30% de su demanda eléctrica total y aplicar una buena política energética unida a un buen diseño de la instalación permitirá alcanzar ahorros de hasta el 80% en esta partida.

Para comenzar a mejorar es necesario tener siempre en cuenta la siguiente premisa: iluminar artificialmente sólo si no se puede hacer de manera natural. Esto significa que deben aplicarse siempre medidas como:

1. Ajustar el horario de trabajo con las horas naturales de día.
2. Realizar trabajos en el exterior cuando sea posible.
3. Ubicar los puestos de trabajo junto a ventanas y claraboyas.

Si por cualquier motivo se hace necesaria la iluminación artificial, será necesario aplicar criterios de iluminación eficiente como:

1. Evitar iluminar donde no sea necesario: Supone aplicar medidas que van desde apagar la luz en aquellos compartimentos que no se estén usando, hasta instalar sistemas de iluminación inteligente que se activen al paso de las personas y que se apaguen al cabo de un rato.

2. Control sobre el nivel de iluminación: Dependiendo del uso, así será el nivel y la tonalidad de iluminación requerida, para ello se pueden instalar reguladores de intensidad o previendo el tipo de luz necesaria para el desarrollo de cada actividad. Por ejemplo, la Norma europea EN 12464-1 relativa a “la iluminación de los lugares de trabajo en interior”, establece una serie de recomendaciones en cuanto a cantidad y calidad del alumbrado para oficinas, restaurantes, hoteles, escuelas…

3. Orientación del alumbrado: Está demostrado que la iluminación directa focalizada sobre el área de trabajo es la más eficiente, y la iluminación indirecta deberá usarse para iluminar las zonas de paso.

4. Sustitución de lámparas: Este último punto merece especial atención, pues la eficiencia energética es algo que se ha desarrollado bastante en los últimos años y hoy existen muchos países donde el etiquetado energético para luminarias (entre otros), es obligatorio. En Europa por ejemplo existe la etiqueta energética, que informa al usuario sobre el rendimiento energético del aparato que va a adquirir, por medio de un código de letras y colores que va desde la letra A y el color verde para los equipos más eficientes, hasta la letra G y el color rojo para los equipos menos eficientes. Esta medida comenzó aplicándose a los fabricantes de aparatos que consumen electricidad y se ha ido ampliando a muchos otros productos, incluso existe ya el etiquetado energético de edificios, eso sí, el código de colores y letras se mantiene.

 

buenas practicas

 

Pero en concepto de iluminación, hay que hacer una aclaración en este sentido, que una bombilla consuma más o menos electricidad no significa que proporcionalmente de más o menos luz, tendrán por tanto más eficiencia aquellas luminarias que den más luz con un menor consumo. Para poder analizar esto con cierto criterio primero hay que saber que la unidad de potencia utilizada en estos estudios es el vatio (W) y la de luminosidad el lumen (lm). Veamos a continuación que características presentan los principales tipos de lámparas:

 

buenaspracticas

 

De lo observado anterior se desprende que el peor rendimiento lo tienen las bombillas incandescentes, esto es lógico porque gran parte de la energía consumida se disipa en forma de calor (bastará con tocar una de estas después de un rato encendidas). Pero no sólo es importante el rendimiento, habrá que considerar también la capacidad de la lámpara para reproducir colores y en este sentido son los fluorescentes los que mejor resultado dan y junto a ellos las lámparas LED (Light-Emitting Diode), que todavía requieren una alta inversión lo que pone en seria duda su viabilidad económica para aplicaciones de cierta envergadura.

De todas formas será siempre imprescindible el buen mantenimiento y limpieza del sistema de iluminación de una empresa, para que la eficiencia programada se corresponda con la real y garantizar así la efectividad de las medidas aplicadas y de las inversiones que, en su caso, puedan llevar aparejadas.

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