De la teoría a la práctica.

Antes de comenzar ¿Qué tipos de iniciativas agroalimentarias conoces? ¿Sabes de qué forma puedes hacer que tu compra sea más sana y más responsable social y medioambientalmente?

 

En esta lección veremos diferente tipos de iniciativas existentes que proponen alternativas de producción, distribución y consumo de alimentos y que se integran en las estrategias estudiadas en la lección anterior.

 

 

Existen diferentes tipos de iniciativas agroalimentarias, basadas en canales cortos de comercialización. Veamos algunos de ellos:  

 

-Cooperativas agroecológicas de producción, distribución y consumo: Se trata de cooperativas en la que todos/as los/as integrantes producen, distribuyen y consumen. Se autofinancian con cuotas fijas y se organizan de forma asamblearia. Se dividen en pequeños grupos autogestionados de consumo (GACs) que se organizan para el reparto, el trabajo en la huerta y la toma de decisiones que convergen en asambleas con el resto de los GACs. Se crean además grupos específicos por áreas de trabajo. Lo producido se reparte semanalmente entre todas las personas integrantes sin que existan “ni precios, ni excedentes ni beneficios”. (Calle, Soler y Vara, 2009).

 

Cooperativa agroecológica

 

-Huertos de autoconsumo: Se trata de huertos ecológicos de ocio que surgen normalmente en entornos urbanos, en parques públicos o solares abandonados, para uso de vecinos/as o escuelas con fines educativos y/o de consumo familiar.  Surgen de la reivindicación ciudadana de espacios urbanos para uso público, en contraposición a algunos intereses monetarios.

 

-Consumo social: Ejemplos de este tipo de iniciativa son los comedores escolares y los hospitales abastecidos por productores ecológicos locales.  De esta forma se contribuye a la salud de la población y del medio ambiente, a la sensibilización y a la promoción de iniciativas ecológicas y locales.

 

-Venta directa de fruta y verdura ecológica y/o local: Del/De la productor/a directamente al consumidor/a, en mercados y ferias, o a través de grupos organizados de consumidores/as. Se trata de una estrategia tradicional (venta en fincas, abastecimiento directo a tiendas locales, puestos en plazas de abastos) que debido a la competencia de los supermercados se ha visto obligada a reinventarse.

 

La distribución a grupos organizados de consumidores se realiza a través de cajas o cestas que se reparten un día a la semana en un punto acordado. La organización en grupos de consumo con pedidos mínimos garantiza a los productores una cierta estabilidad y compromiso. (…) El contacto directo con los consumidores genera un vínculo de confianza. Por otra parte esta distribución de cestas impulsa la cooperación entre consumidores que deben organizar sus pedidos semanales a recogida y posterior reparto de las cestas. (Calle, Soler y Vara, 2009).

 

Eco-cajas

 

-Tiendas cooperativas y mercados de productores/as: Algunas asociaciones de productores/as y consumidores/as tienen tiendas abiertas a personas ajenas a la asociación pero en las que los socios reciben descuentos en sus compras. Funcionan en asambleas y comisiones, y suelen contar con algunas personas asalariadas.

 

-Tiendas especializadas: Se trata de tiendas que suelen ofrecer alimentos frescos, no perecederos y productos de higiene personal. Se proveen de productores de fruta y verdura en su mayoría locales sin intermediarios.

 

Prácticas de consumo responsable:

 

El consumo responsable es una forma de participar en el cambio de modelo agroalimentario de forma individual, desde la cotidianidad.  

 

Citamos a continuación un extracto del artículo “Consumo alimentario sostenible para la agricultura del siglo XXI” de la revista Ecología política escrito por J.R. Mauleón y M.G. Rivera sobre consumo responsable:

 

El consumo responsable es aquel que tiene en cuenta los valores, las condiciones laborales y ecológicas en que se ha elaborado un producto o servicio, así como el impacto social y medio ambiental de su comercialización y consumo.

 

A continuación se enumeran algunas prácticas de consumo que pueden redirigir el actual modelo hacia el de una alimentación sostenible:

 

  • Comprar alimentos frescos mejor que transformados. La compra de  alimentos procesados hace que aumente la separación entre una materia prima y un alimento. Esto hace que pierdan parte de sus propiedades naturales y se consuma más energía en su producción.

 

  • Comprar alimentos procedentes de la agricultura agroecológica. El consumo de alimentos de la agricultura ecológica y campesina permite minimizar el impacto ambiental de la producción agraria y consumir alimentos de máxima calidad.   

 

  • Comprar los alimentos directamente al productor. Como estas iniciativas suponen abastecerse de alimentos del entorno, tienen un impacto ambiental positivo porque evitan los “alimentos kilométricos” que gastan energía no-renovable y contribuyen al efecto invernadero. Económicamente representan una mejor retribución del trabajo agro-ganadero. Finalmente, estos canales también contribuyen a la sostenibilidad social porque la comunicación cara a cara entre el productor y el consumidor mantiene el sentido de comunidad y permite un intercambio de información que conduce a una aproximación de ambas partes. 

 

  • Comprar alimentos en el pequeño comercio. En España 4 de cada 5 alimentos se compran a través de la gran distribución alimentaria (…). Sólo 2,7% se realizan en tiendas tradicionales, un 11,2% en tiendas especializadas y un 4,2 a través de otros canales de distribución (Exporetail, 2006) (…) estas empresas adquieren un enorme poder en la fijación de los precios (…) La acumulación de poder en esas empresas implica además que tanto el productor como el consumidor cada vez tienen menos capacidad de decidir sobre qué y cómo producen y consumen. La tendencia es que la gran distribución se abastezca de grandes productores sea cual sea el lugar de origen de la producción.

 

  • Consumir menos carne. (…) Un informe de la FAO sobre ganadería señala que ésta es la principal fuente antropogénica de uso de tierra. El 26% de la superficie terrestre se dedica a la producción de pasto y el 33% de la superficie agrícola a la producción de grano para piensos. La ganadería es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero. (…) Utiliza el 8% de agua mundial. (…) La ganadería intensiva es, además, la mayor fuente de contaminación del agua. 

 

Como veis existen diferentes posibilidades de consumir y producir de forma agroecológica y/o responsable. Las nombradas en el presente curso son tan solo una representación de los tipos de iniciativas agroecológicas posibles, existen muchas otras formas.  Algunas de estas posibilidades son colectivas, otras individuales, unas surgen de los/as productores/as, otras de los/as consumidores/as, hay personas que se implican un proyecto y personas que marcan la diferencia desde lo cotidiano, en el carro de su compra.

 

 

Ahora vuelve a hacer el cuestionario inicial para comprobar qué has aprendido. 

Ana Merino Teruel

HELIKO - Alternativas Ecosociales. Licenciada en Ciencias Ambientales y Máster en Cooperación al Desarrollo.

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