Perspectivas de futuro

La agricultura ecológica sigue siendo un concepto novedoso para este mundo globalizado, que además no cuenta con canales publicitarios especialmente buenos, esto hace que sus consumidores sean relativamente jóvenes (mayoritariamente en torno a los 30 años), con un poder adquisitivo medio-alto (porque además suelen ser productos más caros que los convencionales) y  de cierto nivel cultural (para gastar más dinero en algo es necesario conocer los beneficios de hacerlo).

Las diferentes líneas de negocio surgidas hasta ahora en torno a la producción agrícola ecológica, se desarrollan en torno o en algunas de las siguientes categorías:

-       Venta de subproductos agrícolas para la industria.

-       Venta directa al pequeño agricultor o a agrupaciones de consumidores.

-       Supermercados y grandes superficies.

-       Establecimientos especializados en productos ecológicos.

-       Tiendas especializadas de nutrición y dietética.

-       Restaurantes biológicos.

Para profundizar en este análisis, conviene agrupar los posibles puntos de venta y líneas de comercialización de los productos ecológicos:

-       Canales cortos: establecidos principalmente por las asociaciones de consumidores y productores, a objeto de satisfacer las necesidades del mercado y ofrecer al cliente un mejor precio y disponibilidad del producto.

-       Establecimientos especializados: abiertos al público en horario comercial, ofrecen a sus clientes una gran variedad de productos ecológicos.

-       Comercios convencionales y grandes superficies: en este tipo de establecimientos no suelen tener demasiada presencia los productos ecológicos, pero ya se pueden encontrar secciones especializadas dentro de los mismos, aunque el precio de los artículos aún sigue siendo elevado.

-       Restauración ecológica: se trata de establecimientos de hostelería especializados en la elaboración de platos ecológicos, que suelen contar con un amplio menú para una gran diversidad de comensales. Como puede deducirse, no suelen ser nada económicos.

-       Comedores públicos: presentes en colegios, residencias, hospitales… Cocinar productos ecológicos en estos lugares parece tener una buena acogida por parte de la sociedad en los lugares donde ya existe esta práctica.

Pero, como ya se ha dicho, los principales inconvenientes para una inserción significativa de los productos ecológicos en el mercado de la alimentación, son el elevado precio, la deficiencia de sus canales de distribución y la dificultad para encontrarlos en las tiendas, además de falta de información y la consiguiente desconfianza del consumidor.

El reto está en saber como evolucionar desde un movimiento social y alternativo minoritario, a una realidad para la mayor parte de la población. Claro está, sin perder por ello las características que definen al modelo como son:

-       La ausencia de productos sintéticos en la producción (fitosanitarios y fertilizantes).

-       El respeto por la conservación de los recursos naturales (agua, suelo, biodiversidad…).

-       El compromiso con la calidad de los alimentos que se ofrecen al consumidor final.

-       El apoyo a los pequeños agricultores y el fomento de la economía social…

Particularmente la IFOAM, en sus famosas Normas para la Producción y el Procesado Orgánico, establece una serie de principios generales fundamentales para  la producción y elaboración biológicas:

-       “Producir alta calidad y suficiente cantidad de alimentos, fibras y otros productos.

-       Trabajar en compatibilidad con los ciclos naturales y sistemas vivos, a través del suelo, las plantas y los animales en el sistema integral de producción.

-       Reconocer el mayor impacto social y ecológico en el sistema de producción y procesamiento orgánico.

-       Mantener e incrementar la fertilidad y la actividad biológica del suelo a largo plazo, usando prácticas culturales, biológicas y mecánicas adaptadas localmente, oponiéndose a la dependencia de insumos.

-       Mantener y fortalecer la biodiversidad natural y agrícola de la finca y sus alrededores, a través del uso de sistemas de producción sostenibles y la protección de hábitats de plantas y de vida silvestre.

-       Mantener y conservar la diversidad genética a través de la atención brindada a la administración de los recursos genéticos de la finca.

-       Promover el uso responsable y la conservación del agua y de todas las formas de vida en ella contenidas.

-       Usar en la medida de lo posible, recursos renovables en los sistemas de producción y procesamiento y evitar la contaminación y el desperdicio.

-       Fomentar la producción y distribución local y regional.

-       Crear un balance armonioso entre la producción de cultivos y la producción animal.

-       Proveer las condiciones adecuadas que permitan a los animales expresar los aspectos básicos de su comportamiento innato.

-       Utilizar materiales de empaque que sean biodegradables, reciclables o reciclados”.

Esta relación de principios ha sido acogida ya por numerosos países como Argentina, que la integra en su Norma de Producción Orgánica LETIS.

No se debe obviar que la agricultura ecológica no es únicamente una alternativa que persigue proporcionar alimentos de calidad a los consumidores de los países desarrollados, sino que representa una salida digna de la producción agrícola procedente de los países pobres.

 

 

Antonio Martín Velázquez

Director Técnico de Medio Ambiente

antonio@alfilformacion.com

www.alfilformacion.com

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