Biodiversidad para el control de plagas y enfermedades

A lo largo de estos años, en muchos países han desaparecido del medio rural numerosas especies de flora silvestre, zonas arboladas, matorrales… también fuera de las zonas cultivadas (vegetación de márgenes de parcelas, bosques de ribera, etc.). El paisaje agrícola ha sido así desprovisto de un gran número de hábitats naturales que, en la mayoría de los casos, se han eliminado atendiendo a diferentes intereses económicos.

 Para alcanzar el deseado equilibrio entre los insectos plaga y sus enemigos naturales, es fundamental la recuperar zonas "no cultivadas" en el interior o en los alrededores de los campos de cultivo. De este modo se pretende restablecer las condiciones necesarias para el alimento (a base de néctar y polen, para los adultos de algunas especies de insectos, y para cubrir la ausencia puntual de insectos plaga en el resto de los casos), la supervivencia y el refugio (donde puedan reproducirse, hibernar, protegerse de las condiciones meteorológicas adversas…) de estos especímenes beneficiosos para los cultivos.

El uso generalizado del monocultivo, y la falta de hábitats refugio, han sido los principales elementos que han favorecido la aparición de grandes desequilibrios entre las plagas y sus enemigos naturales. Para resolver esto, se muestran a continuación una serie de consejos encaminados a la consecución del objetivo de crear diversidad en una finca:

        A.    REALIZAR ROTACIONES DE CULTIVOS

Como ya se ha visto, las rotaciones introducen diversidad en las parcelas agrícolas y desarrollan un papel fundamental en el control de plagas y enfermedades si:

-       Los insectos plaga son incapaces de sobrevivir largas temporadas sin un huésped vivo. El caso contrario serían algunas enfermedades de la patata, como la sarna ordinaria y la viruela, producidas por los hongos Actinomyces scabies Güss y Rhizoctonia solani Kuhn, para las que se necesita fijar una rotación en la que no se repita cultivo hasta pasados tres o cuatro años como mínimo, ya que estas enfermedades permanecen latentes en el suelo y, al repetir el cultivo de patatas, aumenta su virulencia. Otro ejemplo es el "mal del pie" de los cereales, producido por el hongo Ohiobulus graminis Sacc, que representa el principal impedimento para repetir el cultivo del trigo. Los nematodos fitopatógenos, pertenecientes a las especies de Heteroder o Meloidogine, disminuyen significativamente su población en el suelo cuando se instaura una rotación de dos o más años en la que intervienen cultivos no huéspedes.

-       Las plagas y patógenos en cuestión poseen un rango estrecho de huéspedes (cultivos a los que afecta), ya que su ausencia durante varias temporadas dará lugar a la muerte o pérdida de viabilidad del inóculo (suspensión de organismos vivos generadores de una nueva enfermedad, plaga, etc.) para producir la plaga o infección.

-       El inóculo procede de la misma parcela o de las cercanías, pero la rotación no es efectiva para plagas que se desplazan con facilidad, pudiendo aparecer invasores procedentes de zonas alejadas.

Incluso tratándose de plagas patógenas o polífagas con un amplio rango de huéspedes, su inclusión en la rotación de cultivos menos deseables puede provocar un cierto control del problema. Un ejemplo claro de esto son las  plagas de "gusanos de alambre", que se ven afectadas por el cultivo precedente. De este modo, sembrar patatas produce un aumento de la población de estos insectos en el suelo, mientras que la realización de barbecho blanco o sembrar tomate, tabaco o nabos, la disminuye.

        B.    ESTABLECER POLICULTIVOS

Esta práctica actúa como mecanismo de defensa por los siguientes motivos:

-       La planta acompañante puede actuar como “cultivo trampa”, atrayendo a los insectos plaga hacia a ella y protegiendo a su vez al cultivo principal.

-       El cultivo acompañante altera las condiciones químicas (repelencia, enmascaramiento de olores…) o físicas (reflectancia de la luz, microambiente…) de tal modo que la plaga no identifica al cultivo principal.

-       En los policultivos aparecen más enemigos naturales de las plagas, que además suelen ser más efectivos que en los monocultivos, debido principalmente a que hay más refugios y alimento (polen y néctar) para los insectos auxiliares cuando la plaga no está presente.

-       Parece que las plagas consumen más energía en los policultivos que en los monocultivos, por el mayor número de desplazamientos que deben realizar en los primeros. En cualquier caso, está constatado que las plagas colonizan menos los policultivos que los monocultivos y que el nivel de emigración a otros campos es mucho mayor en el policultivo que en monocultivo, en caso de colonización.

Pero los policultivos también actúan como mecanismo de defensa frente a enfermedades, los llamados insectos vectores (mosca blanca, pulgón, etc.) son transmisores de enfermedades víricas, pero al colonizar en menor número los policultivos que los monocultivos, también se ve reducida la cantidad de plantas infectadas.

Cuando en un monocultivo aparecen pulgones portadores de algún virus, estos infectan a las plantas a la vez que se van alimentando de ellas. De tal modo que cada planta infectada se convierte en una nueva fuente del virus, infectando incluso a los pulgones que lleguen libres de la enfermedad, que a su vez se convierten en nuevos vectores víricos. Los cultivos barrera tienen la capacidad de no hospedar a los virus que les transmiten los pulgones,  porque en aquellos los virus no son capaces de desarrollarse. El uso de cultivos barrera dentro de los propios policultivos, hace que la capacidad de dispersión de estas enfermedades disminuya considerablemente.

       C.    COLOCAR SETOS

Los setos son simplemente hileras de árboles, arbustos, plantas herbáceas o incluso malas hierbas, que se suelen plantar en los límites de las parcelas agrícolas, en terraplenes o siguiendo los cursos de agua que atraviesan los predios. Evitar aquellas especies que perjudiquen el desarrollo vegetal en los cultivos, es fundamental a la hora de colocar setos. Algunos consejos útiles pueden ser:

-       No utilizar especies mal adaptadas a las condiciones ambientales del lugar, lo ideal será elegir especies autóctonas o, si no se puede, naturalizadas. Nunca utilizar especies invasoras.

-       Evitar usar especies cuya época de floración coincida con la de la especie cultivada, pues se generaría una competencia en la polinización (prestar especial atención a esto para el caso de los cultivos frutales).

-       Jamás deben usarse especies cuyas hojas puedan producir sustancias venenosas para los cultivos o que tarden mucho en descomponerse (como las de los chopos, los pinos, etc.), sobretodo en huertas.

Además, los setos aportan otros beneficios a los campos de cultivo, como son:

-       Actuar como filtro verde para las aguas de retorno de riego agrícola.

-       Reducir la contaminación de las aguas subterráneas, ya que extraen nutrientes desde las capas más profundas y los llevan a la superficie.

-       Proteger los terrenos de la erosión (hídrica y eólica).

-        Suavizar de las temperaturas en las fincas.

-       Favorecer la conservación de la flora y fauna silvestre.

-       Hacer más vistoso el paisaje rural.

-       Producir alimento para el ganado, leña, medicinas naturales, etc. 

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