¿Sabías que el té verde puede plantar cara al cáncer?

Desde la antigüedad  el té ha sido utilizado como  hierbas medicinales,  su uso se remonta desde hace  4,700 años  en la medicina tradicional china.

Esto ha permitido estudiar el beneficio de su consumo. Es interesante conocer que esta infusión nos aporta muchos beneficios para nuestra salud. 

 Para comenzar, se asocia el consumo de té a la longevidad   y menor tasa de cáncer en poblaciones asiáticas como por ejemplo en Japón[1].

De las propiedades que se atribuyen al  té verde,  es que  contienen numerosos polifenoles [2]  y la más importante son las catequinas  que  tienen efecto  anticancerígeno.

Podría tener  actividad antiangiogénica[3]. Es decir que  previene el desarrollo de nuevos vasos y  como resultado evita  la progresión del tumor o aparición de metástasis. 

Es  un potente antioxidante, estimula el sistema inmune, ayuda a evitar la acción de los radicales libres,  posee propiedades antiinflamatorias,  tiene efectos antiestrés  por su aminoácido llamado teanima, útil para reducir los niveles del estrés[4].

 Es ideal para las dietas porque activa el organismo,  es un excelente diurético, ayuda a los riñones a eliminar toxinas y es muy útil para eliminar los restos tóxicos de la quimioterapia.  Se le atribuyen  efectos que podrían  potenciar el efecto de la quimio y radioterapia[5] [6] [7].  

 Una  recomendación  interesante es   beber  té  verde y  blanco después de  una barbacoa. Porque  nos  protegen del efecto tóxico  de las benzopirenos. (Se producen principalmente por la combustión de aceites, madera, grasas o petróleo y sus efectos carcinógenos  son nocivos  para la salud por ejemplo el cáncer de pulmón y los contienen algunos alimentos como las carnes y el pescado[8]).

También hay investigadores como el Dr. Hiromi Shinya,  que son contrarios al consumo del té,  porque considera que adelgaza  la mucosa gástrica, sin embargo nos aconseja  que para  aquellos que les gusta el  té, recomiendan  usar hojas de té orgánico, e ingerirlo después de la comida,  en lugar de con el estómago vacío para evitar el exceso de tensión sobre la  cubierta estomacal y limitarse a dos o tres tazas diarias[9].

Las recomendaciones para su preparación son las siguientes[10]: el agua de la infusión  no debe hervir, no debe alcanzar los 90º grados.  Para que el té libere al máximo las catequinas, debe dejarse infusionar entre 8 y 10 minutos y nunca más de 2 horas, porque sus propiedades antitumorales se volatizarán[11].  Hay teteras que ahora controlan mejor la temperatura del agua. 

También se recomienda usar las hojas sueltas para las infusiones en vez de las bolsitas comerciales. En caso de no tener  las hojas, consumir las bolsitas de té de origen ecológico.

El té disminuye su efecto antioxidante cuando se ingiere con leche, así  mejor consumirlo sólo y sin azúcar. Puede agregarse un trocito de piel de mandarina, limón o canela. Porque le confiere un sabor agradable  además de los beneficios  anticancerígenos que aportan la piel de mandarina, limón y la canela.

Nuestro médico nos recomienda tomar una infusión de té después de la comida, si es de origen ecológico mejor. Nos recuerda que nunca debemos sustituir ningún medicamento por un alimento o infusión, y en caso de padecer cáncer, siempre consultar  con el médico/a oncólogo cualquier alimentación  alternativa.