Alejandro Magno

Alejandro III de Macedonia, más conocido como Alejandro Magno, nació en Julio del año 356 a.C en Pella (Macedonia, actual Grecia), hijo de Filipo II y de Olimpia; sucediendo a éste en el trono en el año 336 a.C (con sólo 20 años), debido a su asesinato.

Desde muy pequeño Alejandro recibió una formación acorde con las pretensiones que habían para él, pues además de estudiar bajo la tutela de Aristóteles (física, medicina, ciencias, filosofía…), tuvo una preparación física y militar de la mano de Leónidas; que junto a su carácter fuerte, testarudo, su audacia y su amor por los viajes, harían de él una figura casi invencible.

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Estatuilla de Alejandro Magno jóven a caballo.

Fuente: http://es.wikipedia.org

Como hemos dicho, Alejandro Magno accede muy pronto al trono por el asesinato de su progenitor, pero esto no hace que le tiemble el pulso en sus primeras acciones.

Los pueblos que están bajo el yugo macedonio quieren aprovechar esta muerte y la “falta de experiencia” de Alejandro para sacudirse este dominio y desmembrar el imperio macedonio, algo que el nuevo no va permitir, sometiendo a su control estas zonas sublevadas y pacificando el imperio durante los años 336-334 a.C.

Debido a su excelente formación militar y estratégica, a Alejandro no le hacía falta disponer de un ejército enorme para imponer sus deseos, pues sabía combinar estratégicamente de una manera perfecta la infantería pesada con la ligera y la caballería en sus acciones, lo que le otorgaba una ventaja crucial frente a sus enemigos.

Tras esta pacificación, retomará los esfuerzos de su padre y dirigirá una ofensiva contra el imperio persa, estamos en el 334 a.C.

Durante 4 años recorrió diferentes países en Asia Menor, Fenicia, Egipto (donde se proclamará faraón en el 332 a.C), Siria, Babilonia y Persépolis.

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Busto de Alejandro Magno.

Fuente: www.egiptologia.com

Con la conquista de Persia, Alejandro Magno descubre verdaderamente el poder de esta civilización a la que consideró durante muchos años como un pueblo bárbaro y sin formación, intentando establecer una “política de fusión” entre los persas y su pueblo para poder enriquecerse (culturalmente) mutuamente y formar un imperio avanzado y duradero, incluso introduciendo en su ejército a un buen número de soldados persas; llegando incluso a celebrar un acto llamado “La boda de oriente con occidente” donde algunos de sus soldados e incluso él mismo se casaron con muchachas persas.

Su ansia por expandirse más allá y dominar el mundo no va a disminuir un ápice, aunque lo más precavido hubiese sido regresar a Macedonia, pues su ejército estaba tremendamente agotado tras años fuera de sus casas luchando.

Llegó hasta la India, donde se anexionó su parte occidental, momento en el que sus tropas se amotinan debido al citado cansancio.

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Detalle del mosaico de la batalla de Fissus.

Fuente: http://oldcivilizations.wordpres.com

La idea de Alejandro fue la de unificar en un solo imperio a macedonios, griegos y persas, creando un mercado vastísimo al que unificaría monetariamente, donde construiría carreteras, canales de riego y fundaría ciudades, con el griego como lengua común.

Pero a los 33 años fallecerá de forma repentina debido a unas altas fiebres, aunque algunas fuentes citan el envenenamiento como el producto de estas fiebres, siendo por tanto asesinado según las mismas.

Esto hizo que su imperio no pudiese consolidarse, desmembrándose al poco de fallecer él, fruto de intrigas palaciegas y del afán de reparto de sus posesiones por sus generales.

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