Ludismo
El ludismo es un movimiento que surge a principios del siglo XIX en Inglaterra a raíz de la Revolución Industrial.
Será un movimiento de resistencia obrera a la introducción de nueva tecnología en los procesos industriales, lo que irremisiblemente acabaría con los artesanos, los propietarios más modestos (que no podían comprar maquinas por lo caro de su adquisición) y por supuesto con los obreros, aumentando consecuentemente el paro, el hambre y la miseria.
Se les llegó a llamar “destructores de máquinas”, para tratar de desprestigiar su lucha y especialmente para desvirtuar sus verdaderas exigencias e ideales.
Atacaban fábricas y destruían máquinas, eso es cierto, pero lo que trataban es de poder negociar con los dueños de las mismas unas mejoras en las condiciones laborales, así como disminuir los despidos y lograr un aumento salarial para que los obreros tuvieran una mínima dignidad en forma de acceso a los alimentos y vestidos (inalcanzables para la gran mayoría).
Se llamó ludismo en recuerdo de Ned Ludd, un joven aprendiz que en 1779 destrozó a martillazos el telar mecánico de su maestro.
Los ludistas (así se llamaban a los seguidores de este movimiento) mandaban cartas a los dueños de las fábricas y escribían proclamas “anti maquinaria” que firmaban bajo el seudónimo de “Sr. Ludd”, “Rey Ludd”, “General Ludd”, etc… de manera que las autoridades buscarían a un personaje inexistente para tratar de “descabezar” al movimiento.
En Abril de 1811, tras una manifestación reprimida por las fuerzas del orden de manera excesivamente dura, atacan unos telares mecánicos en Nottinghamshire, lo que más pronto que tarde tuvo eco en otras regiones industriales del país.
Su organización gozaba de buena salud, destruyendo en los años siguientes más de un millar de máquinas en todo el país.
Pero pronto se desinfló debido al aumento de los salarios por parte de los dueños de las fábricas a los trabajadores, pero principalmente por la tremenda fuerza utilizada por el ejército para reprimir este movimiento y por la aprobación de la pena de muerte (horca) para toda aquella persona que destruyese una máquina.